20.7.07

¿A santo de qué, si se puede saber?

Por si no lo dije suficientes veces, soy fanático de Harry Potter. Me enganché relativamente tarde, cuando estaba por salir el tercer libro, pero lo que tuve de tardío lo compensé por lo sistemático: tengo todos los libros en la misma edición, a partir del tercero me las arreglé para conseguir a todos a pocos días del lanzamiento (a partir del quinto libro Argentina se sincronizó con el resto del mundo, pero antes llegaban con un mes de atraso por lo menos), y a todos los leí en un par de días (al primero, de hecho, lo leí de una sentada entre las 12 de la noche y las 6 de la mañana). Recuerdo nombres, detalles y personajes, me engancho en las historias, leo y releo compulsivamente.

Y me la banco: los libros están bien escritos, contra lo que opina la runfla intelectual. Cualquier ciclo narrativo en el que la página 1 del libro 1 haga referencias que no se aclaren hasta la mitad del tercer libro, que recién se publicará 5 años más tarde, merece el respeto de cualquiera que alguna vez haya armado una trama. Cualquier historia en la que la acción fluya como fluye en los últimos cuartos de cualquiera de las 6 novelas que salieron hasta ahora está más que bien lograda - en el quinto libro, las últimas 150 páginas que se leen de un tirón y sin aliento (no las últimas 150 palabras o líneas: las últimas 150 PÁGINAS). El estilo de Rowling no es el de Virginia Woolf ni el de Jane Austen, pero tiene bastante en común con Dickens (la manera de armar y presentar a los personajes, el tono) y, básicamente, funciona: sirve para hacer avanzar la historia, sirve para hacer introspección de los personajes, sirve para describir, sirve para todo. Y en una página de Rowling hay más imaginación, ideas y oficio de narrador que en la obra completa de más de cuatro de los que la critican.

Y, en todo caso, me gustan y ya, independientemente de los megalanzamientos, los millones de copias, las películas y lo que sea. Si fueran 150 copias mimeografiadas por una editorial pirata de Camboya serían igual de buenos, y los leería con el mismo fanatismo.

Los que no lo comparten, bien por ellos. Pero hay cosas que se pasan de la raya. Que en el séptimo libro van a rodar cabezas lo sabe cualquiera que tenga dos dedos de frente, y que se filtren copias de los libros es inevitable, y que esas copias terminen en Internet es inexorable. O sea: ya "se sabe" quiénes mueren o no, cómo termina la historia y todo lo demás.

Pero que en los comments de videos de YouTube que no tienen nada que ver con nada relacionado con Potterlandia algún energúmeno pegue la lista de los que van a pasar a mejor vida es una gansada: ¿por qué catzo no viven y dejan vivir? ¿es ne'sario? ¿A santo de qué, si se puede saber, mecachoenlaperraquetepariójuehiena?

1 comentario:

Nina London dijo...

Totalmente, pasa que los intelectualoides creen prejuiciosamente que cantidad de ventas es inversamente proporcional a calidad literaria. Yo tb soy fanática del harry y de toda su troupe...y para no dejar de disfrutar tan amena lectura hay que ignorarar a los energúmenoschupasangrequesolobuscanllamarlaantenciónadelantandolatrama...se entendió?
Beso, me gusta tu blog. Muito.