1.4.09

Yo estuve ahí

Tenía 8 años y un padre afiliado al Comité del barrio. Yo iba los sábados a la tarde a darle vuelta a la manija del mimeógrafo para sacar volantes. Yo salía con mi viejo a tirar volantes por abajo de la puerta. Yo fui a algún acto en la cancha de Ferro. No estuve el 10 de diciembre porque estaba de vacaciones, pero hay fotos de mi hermano de 1 año con su boinita blanca al hombro de mi viejo. Fui a los 100 días. Pegué una calcomanía de "RA" en la pared de mi aulq de quinto grado, y la maestra me tiró de las orejas porque "a la escuela no se traen consignas políticas". Me acuerdo bien de "La casa está en orden" porque estaba a la altura del Cabildo, entrando a avenida de Mayo. Los días anteriores de Semana Santa, mi viejo nos había llevado a la Plaza de Mayo: no había nadie más, no sé muy bien qué hacíamos aparte de jugar entre las fuentes y sacarnos alguna foto que sobrevive en los portarretratos familiares, pero estábamos ahí. Después de esos días, como muchos otros, no estuvimos más.

Pero Alfonso fue un tipo importante. Y ahora, que aparentemente la moda es perdonarlo y endiosarlo o hacerse el canchero y ningunearlo de costadito, lo único que me sale decir es gracias por todo, las cagadas las discutimos otro día, los boludos que estuvieron alrededor (algunos, incluso, hoy hacen el show de rasgarse las vestiduras: vuelvan a sus cuevas, tengan un poco de vergüenza, no salgan a robar cámara una vez que la tele no le hace la verónica a los radichas) y los hijos de puta que hicieron la contra (algunos, incluso, hoy hacen el show de rasgarse las vestiduras: alzamientos militares, paros generales, campañas sucias, golpes económicos, váyanse todos a la concha de su madre) que se curtan, como toda figura de padre (los treintañeros de esa época hablaban de Papá Alfonsín, el tipo en su momento fue un rock star y si después no estuvo a la altura también fue porque ciertas alturas no son dables) dio también el desengaño y flaqueó, quebró el cuello donde no debía, tomó decisiones y estuvo en lugares que hoy son difíciles de entender. Pero con el diario del lunes somos todos directores técnicos: la política es estar ahí y jugar las cartas que tenés, no las que querés; como escribió ayer el editorialista del Herald, si hubo un debate de la 125 el año pasado fue porque Alfonsín rompió las pelotas en Olivos para que todas las provincias tengan un senador de la oposición, y estamos todos acá y no bajo el presidente Rico (hoy FPV), Punto Final o no, y los juicios mal y tarde pero continúan.

El tipo peleaba desde el barro pero había algo que no se le ensuciaba; tuvo sus momentos de flaqueza pero cuando el peronismo lo único que sabía hacer era candidatear su derecha impresentable o boicotear con su sindicalismo transero y sus dirigentes más sucios, se cargó la Argentina al hombro. Hizo lo que pudo, y más, y no fue poco. Gracias.

No hay comentarios.: