31.12.06

¿Nuevo? ¿Cine? ¿Argentino?

Los muchachos de Perfil están locos, locos, locos. Puntualmente, son esquizofrénicos. En la edición online de hoy reproducen un cable de Télam que, previsiblemente, echa unos serviles laureles a la gestión del INCAA (Instituto del Cine, o máquina de dispensar subsidios a una cohorte de favorecidos)... mientras que en la versión impresa hay una lúcida crítica a esta misma situación, en la que se muestra la otra cara de la estadística que cita el panegírico oficialista.

Básicamente, lo que queda claro para cualquiera: las películas son cada vez peores, le interesan cada vez a menos gente, se estrenan cada vez en menos salas, duran más por las cuotas de pantalla y las entradas subsidiadas que por cualquier tipo de relación con el espectador. Y acá es donde entramos en la vuelta retórica de costumbre: la gente quiere ver Bañeros superpoderosos y todas las pelotudeces de Hollywood, hay que dar una alternativa, hay otro espectador, etc. Pero lo cierto es que el Nuevo Cine Argentino no tiene nada de nuevo, nada de independiente, nada de original. Es simplemente malo. Por cada verdadero director que tenga algo que decir hay 25 chotocopias con diploma de la FUC, por cada película que vale la pena hay 50 gansadas a las que no se les niega el Escarbadientes de Oro del Festival de Cine de Mushumeshi o la Palmeta de la Crítica del Encuentro de Cine de Conchilaló.

Pero a llorar a Luján: el cine es un arte caro, probablemente el más caro, pero eso no quiere decir que al "pueblo argentino" le corresponda financiar la expresión de algunos, sobre todo cuando no son talentosos. Expresarse es un derecho humano, contar con unos cuantos miles de pesos en subsidios para filmar difícilmente lo sea. Y en todo caso, si lo es espero que los encargados de administrar tan miuníficamente el dinero que no les pertenece tengan algún tipo de criterio para repartirlo que no sea político y/o oportunista. Si tipos como Burman o Szifrón saben contar una historia sin caer ni en George Lucas ni en Abbas Kiarostami, supongo que tal hazaña es posible: entonces no caigamos en la enésima versión del peor plagiarista de Trapero o de Martel (o, por caso, de Kiarostami). Ese camino se agotó, y la única forma de hacer que la gente vaya a verlos sería una campaña intimidatoria del estilo "Señor contribuyente argentino, el último año repartimos X millones de pesos SUYOS a estos geniales cineastas. Si insisten en no ir a ver sus películas, vamos a seguir dándoles cada vez más. Saquen las cuentas y hagan lo que les convenga, porque lo qeu es nosotros no pensamos cambiar la dirección ni a palos".

La independencia en el arte nunca se logra desde los subsidios del estado. Eso lleva a la perpetuación de lo mismo, al arte oficial, a que todos hacemos lo que nos garantiuza un subsidio. El único que los cagó en eso fue el director de "No a los papelones", que pidioó un subsidio para hacer un documental, lo consiguió y a mitad de camino cambió el tema y usó plata del estado K para mirar críticamente a los asambleístas mimados del estado K. Pero cuando en vez de productores y directores haya comisarios políticos no se quejen, y piensen hasta qué punto son preferibles a los comisartios contables de la producción privada. El mercado no financia la innovación pero el Estado es 15 veces más reaccionario.

¿Y a mí qué me interesa, si con una bebé de un año y medio soy esclavo del DVD? El ex-gestor del INCAA ahora quiere hacer un Instituto del Libro, con lo que a los ya poco transparentes pero escasos subsidios a la literatura que da el FONA y alguna fundación/institución perdida (esos a los que aspiran los supuestos proyectos "pequeños e independientes" en desmedro de los que realmente son esas dos cosas) quiere agregarle un repartidor oficial de dádivas a los políticamente correctos (en el sentido más estricto de la palabra). Y lo peor no es que los quiere dar, si no que la cola para recibirlos va a llegar de acá a La Quiaca.

Como decía uno de los chicos de Dailán Kifki, "estamos fritos".

21.12.06

Bothy Band en vivo

Hace varios posts recomendé a la Bothy Band como suma absoluta de la música irlandesa. Lo sostengo, y tengo la evidencia:



Están todos: Paddy Keenan en uilleann pipes (la gaita irlandesa, que no se sopla sino que se infla a fuelle - de ahí que bombee todo el tiempo con el brazo derecho), Michel O Dhomhnaill en guitarra (maestro entre los maestros), Triona Ni Dhomhnaill en voz (conmovedora como siempre) y bodhran, Donal Lunny en bouzouki (un instrumento griego que parece una especie de mandolina con cuatro pares de cuerdas dobles y cuello de guitarra o muy parecido), Kevin Burke en fiddle (violín, para los amigos) y Matt Molloy en flauta.

La calidad del video no es la mejor, pero el tema la rompe y estos tipos en vivo eran una aplanadora. A las pruebas me remito.

16.12.06

Literatura de anticipación

En algún momento de 1998 empecé a escribir Se esconde tras los ojos, a partir de una anécdota que me contó un amigo de mis padres. Relaté esa anécdota como cuento, y me interesó el tono que encontré para contarla, y antes de que me diera cuenta el cuento era el capítulo 1 (lo sigue siendo en la versión final) y se fueron agregando historias, situaciones, personajes, y así llegué a la novela.

Para esa época, una modelo que había tenido carrera como Lolita estaba orquestando un regreso con bombos, platillos, semi-desnudos e imagen de "ahora que cumplí 18 saqué patente de comehombres". Me interesó la desesperación con la que se entregaba a la prensa, su forma de vivir la mediaticidad, el hambre de ojos que le mostraba a la cámara, y las fotos de esa modelo fueron en mi cabeza el rostro, el cuerpo y la actitud de Marga Arriazu, una de las dos partes de la ex pareja alrededor de la que gira la novela.

En la novela se cuenta (entre tantas otras cosas, y, como todo, en esa novela, de modo deliberadamente enrarecido) como Marga acepta por primera vez una sesión de desnudos totales, en una operación de prensa orquestada por su agente. Este mes, la modelo real sobre la que construí el personaje hizo una sesión de desnudos, la primera de su carrera, para una revista "especializada".

No estuve ahí, pero, hace ya 6 o 7 años, narré ese momento con estas palabras:

Cerca de la Plaza Congreso, el Prestigioso Fotógrafo de Modelos ordena a un asistente que desplace una de las luces hacia la derecha y acomode los pliegues de la tela que hace de fondo para la escena en la que sólo falta Marga, demorada en un taxi a la salida del Prestigioso Hotel Internacional. Unos minutos después ella hace una entrada magnífica, escoltada por el Agente que guarda el teléfono celular en el bolsillo de su impermeable inglés y se disculpa en nombre de su representada, mientras promete una sesión espléndida que compensará la brevísima espera. Marga esboza un saludo y busca con la mirada a la maquilladora y por un momento a la vestuarista, hasta que recuerda que esta última no será necesaria. Ya maquillada, sale del camerino en ropa interior y se acerca a las telas iluminadas por reflectores y paraguas que en realidad no protegen ni cubren ni paran si no que proyectan luz, una luz blanca que llena los pliegues de la tela y crea también sombras que Marga no ve, así como tampoco ve la tela, y no porque, como suponen el Fotógrafo y la Asistente y su Representante, esté asustada por dejar detrás de las cámaras la ropa que siempre puso entre ella y la lente, si no porque lo único que puede ver, como la luz en el fondo de un túnel obscuro que dicen ver los Actores que Han Muerto, es el punto obscuro en el medio de la luz, la lente de la cámara que absorbe todas las imágenes y las procesa y las devuelve no a ella si no a los otros, a todos los otros que desearán un cuerpo que no es el que en ese momento se ubica frente a la cámara que lo acerca y aleja, que no es el que el fotógrafo estudia complacido y acomoda con palabras ahora corteses pero profesionales y secas. Sobre papeles que reproducirán las mismas luces en las que ahora Marga se pierde, los ojos de los otros buscarán un cuerpo que se crea para ellos, el cuerpo que Marga proyecta pero no posee, que sólo existe en la mirada que lo crea perfecto, inasible, siempre del otro lado, y ella siente en cada chasquido del disparador, en cada movimiento, en cada cambio de luz, que los ojos que se adivinan detrás de la lente la llevan hacia ese otro lado, que por ciento veinticinco milésimas de segundo ella abraza su propio cuerpo distante, y que en ese contacto nace, sin historia, sin marcas, sin pasado, sin Financistas ni Banqueros ni Agentes ni Actores ni Fausto, sin Fausto, sobre todo sin Fausto y sin el hombro de Fausto que la sostuvo aquella tarde y sin la conversación en el café unos días después y sin el estúpido impulso de llamarlo el sábado para que la acompañara a una estúpida cena. La cámara la desprende de todo, especialmente de Fausto, y entonces ella desprende los breteles de su corpiño y los sostiene entre los puños cerrados que cubren ahora sus senos, que los elevan como armas que replican las armas en sus ojos que por primera vez se clavan en los ojos detrás de la cámara, y retienen por un último instante el deseo antes de rendirse, antes de caer.

El resto del capítulo, y de la historia de Marga, Fausto y todos los demás, en Se esconde tras los ojos, disponible en su librería amiga (realmente amiga, porque me dicen los libreros que, sin estar descatalogado, el libro es difícil de conseguir y la editorial se hace rogar a la hora de entregarlo).

11.12.06

Grillé

¿Sienten el olor a uniforme tostado? Es Pinochet que comienza a dar explicaciones en un tribunal del que no va a zafar haciéndose el enfermo.

9.12.06

Lo parió! recomienda...

Escuche, divulgue y recomiende una de las bandas más famosas de la movida de la música tradicional de Québec: La Bottine Souriante.

Los muchachos hacen música tradicional de la zona, que tiene varios puntos en contacto con la música celta en general/irlandesa en particular (mucho reel, canciones, aires, la instrumentación tiende a parecerse aunque sin ninguna variante de la gaita/uillean pipe). Los tiupos vienen tocando hace casi 30 años y tienen miles de discos dando vueltas, así que para los interesados en la primera época hay una antología (titulada, para confundir a las masas, Anthologie) y un disco en vivo que la rompe (En spectacle). Son básicamente una banda divertida de muy buenos músicos con swing, ritmo y ganas de joder tocando un gran repertorio con soltura y onda, sobre todo mucha onda. Tienen, incluso en estos primeros discos, bastante influencia jazzera.

Pero lo que verdaderamente sorprende son sus últimos discos, Xeme (lanzado en los Estados Unidos como Rock & Reel), Cordial y J'ai jamais tant ri (el favorito de la casa). Ahí se ponen locos del todo, y empiezan a mezclar canciones más zafadas y ritmos de jazz, electrónica, música latina y vaya a saber cuántas cosas más. El resultado es apabullante en temas como La Gronde (de J'ai jamais tant ri, aunque en realidad el disco entero es una patada al sistema), un reel que empieza con una guitarra phaseada, sigue con una formación tradicional dándole duro y en cada vuelta van agregando alguna instrumentación rara a la mezcla hasta que suena como una especie de cruza entre Ornette Coleman, los bronces de James Brown, la Bothy Band y Jimi Hendrix. Otros como Le reel du forgeron (de Xeme/Rock & reel, disco que está en la fundamental colección hEMIsphere a la que me refería en algún otro post y gracias al que descubrí a la banda) hacen lo mismo más contenidos.

Hay algún jugueteo con la música electrónica/dance que no me resultó demasiado feliz, pero básicamente es una banda de la hostia con una cabeza muy abierta y grandes canciones (Tiguidou sans-pack, Chanson de l'allouette o J'ai jamais tant ri son perlas, por más que mi anémico francés no descule las letras más allá de lo mínimo indispensable) que garantiza horas de placer musical. ¡¡¡A gozarrrrrrrrrrr!!!

En su kiosco más cercano

En la revista Ñ de hoy, una verión reducida (en cantidad de caracteres, por cuestiones de espacio) de uno de los Lados B que los lectores de este recóndito blog ya conocían.

4.12.06

Las cosas se ponen calientes

Pinochet está internado después de un infarto y, aparentemente, con un pie del otro lado.

Un fulano de TN describió su estado clínico como "está en las manos de dios". Yo diría que, si hay algo de cierto en todo eso, está empezando a sentir un calor que le viene de abajo y le calcina los pelos del orto. Tomate tu tiempo, viejo sorete, que no vas a tener la muerte que te merecés pero igual escupiremos sobre tu tumba.

2.12.06

Gyoja

En el Monte Hiei, de Japón, está el monasterio de los "monjes maratonistas". Son monjes zen que buscan la iluminación por el camino del sacrificio físico hasta convertirse en gyoja, los monjes espirituales.

Para eso, tienen que correr 100 noches seguidas de maratones. O sea, se levantan a la medianoche, se ponen un par de sandalias, se atan una cuerda alrededor de la cintura a la que anudan un cuchillo, agarran su libro de plegarias y un par de sandalias extra y salen a correr alrededor de la montaña (unos 54 kilómetros). Terminan el recorrido entre las 7 y las 9 de la mañana. Van a rezar una hora, se bañan, almuerzan, descansan, limpian el templo. Comen a las 6 de la tarde, se acuestan entre las 8 y las 9, se levantan a la medianoche y así sucesivamente durante 100 días. Ah, y van todo el tiempo rezando mientras corren. Sólo se pueden sentar una vez en todo el recorrido. Si paran, tienen dos opciones: agarrar la soga y colgarse de un árbol al costado del camino, o agarrar el cuchillo y hacer seppuku (eviscerarse, o sea hacer un corte a lo ancho del abdomen para que salgan todas las tripas hacia afuera, una manera lenta y dolorosa de morir). Mientras corren, rezan por los monjes que tuvieron que suicidarse.

Cuando terminan los 100 días, pueden pedir permiso para, a lo largo de 7 años, pasar al nivel superior luego de correr 1.000 días de maratón. Y en el medio tienen 2 pruebas (doiri) que los llevan, literalmente, al borde de la muerte: en una no comen ni beben ni duermen durante 9 días, en la otra meditan junto a una fogata en un espacio cerrado durante varios días.

¿Cuál es el truco? El truco es que no hay truco. Se llevan al límite, más allá del límite, porque tienen la voluntad suficiente. Buscan la iluminación, y la motivación religiosa siempre fue la que llevó las cosas más lejos. Menos mal que buscan desprenderse de todo para alcanzar el satori, porque si estos tipos se proponían recuperar el Santo Grial marchaban hacia Jerusalem y en el camino no dejaban ni las cenizas.

Y a mí me cuesta hacer dieta... el ser humano occidental está ablandado a extremos inconcebibles. Tiene razón Robert Fripp, lo que hace falta es disciplina interna y ascetismo.