23.12.07

Por qué no estuve posteando nada en estos días (aunque no necesariamente en ese orden)

- La empresa para la que trabajo se vendió a un nuevo dueño, y el período de adaptación/cambio/salto hacia quién sabe qué es complicado para los que estamos adentro y nos gusta lo que hacemos.

- Terminé el primer borrador de una novela. La primera palabra del texto es "Ahora" y la última "cicatrices." . Todavía no tiene título. El resto, cuando termine de corregirlo por enésima vez y si tengo mejor suerte que con la novela anterior (inédita y sin visos de editarse), algún día entre las manos y en los estantes de las casas de gente que no conozco.

- Nació mi sobrina Sofía.

- Murió Tomy, el perro de mi hermano (el papá de Sofía), que había estado en nuestra familia desde hacía 18 años.

- Volví después de muchos años a leer algo de García Márquez, aunque esta vez no su obra literaria (been there done that, muy rico todo, thank you for the memories pero más allá de El otoño del patriarca y algún sobrevuelo por los cuentos no creo que vuelva a pastorear en esos campos - en insuperables palabras de Emily Dickinson, "impart, depart", o, como decía Jed Bartlett en The West Wing, "What's next?") sino Entre cachacanos, una recopilación de sus artículos periodísticos. Salteo puntillosamente todas sus reseñas cinematográficas, y no hay nada más aburrido que leer noticias viejas, pero el tipo entendía algo acerca de cómo escribir para un diario que trasciende la "noticia". No descubrí nada que no se venga diciendo desde hace 100 años por lo menos, pero en un mundo ideal todo el periodismo gráfico de este momento estaría escrito de esa manera: no se entendería nada, pero sería hermoso. Para alguien que viene de la literatura y que ahora se está metiendo en una versión "cabeza" del periodismo al estilo volanta-bajada-lede-dato-dato-dato, ver la crónica de una catástrofe en la que murieron 500 personas en la que la primera cuarta parte cuenta en detalle lo primero que hicieron a la mañana dos chicos de campo, con una prosa delicada y efectiva que bien podría estar en Ojos de perro azul, es como si uno de los jugadores del metegol agarrara la pelota, se soltara del palo y empezara a hacer jueguito. Y sí, hay una distancia de 500 kilómetros de autopista entre Gabo y cualquiera de los actuales "cultores" de la crónica periodística, perdón por el exabrupto pero la diferencia es que Gabo escribe muy bien y termina contando lo que importa de la noticia y que la "crónica periodística" está llena de gente que escribe con los pies, se cree muy viva y termina no contando nada de forma muy pretenciosa. También está llena de gente que lo hace muy bien, pero una cosa es que a Gabo le salga una vez eso de arrancar con un detalle mínimo y otra que sea casi obligatorio arrancar cada nota con un detalle "simbólico y significante" y terminarla con un par de frases pretendidamente poéticas: es la diferencia entre ser original y repetir una fórmula, más "suelta" pero igual de odiosa que la pirámide invertida.

- También leí, de un tirón, Mientras tanto, de Juana Libedinsky. Conocí a Juana el año pasado y compartimos dos charlas de café y una presentación de libro (suyo), y me cae muy bien - ella, lo que escribe y cómo lo hace. Tiene una de esas vidas glamorosas e interesantes que parecen de mentira, y se dedica minuciosamente a escribirla para que parezca más de mentira: el personaje de la periodista cool que viaja por el mundo entrevistando intelectuales, visitando lugares fashion, pasándola bien y mechando entrevistas sesudas con notas ligeras. Tiene una capacidad de reírse de sí misma y parecer ligera que nadie confundiría por 15 segundos con estupidez, y emprende y consigue más cosas en 15 minutos que otra gente en el resto de sus vidas. Como le dije cuando la conocí, las notas "ligeras y cortitas" que salen en el suplemento Enfoques de La Nación, en las que toma datos locos o costumbres estrambóticas y las cuenta así como quien no quiere la cosa, siempre fueron mis favoritas, más que las entrevistas que recopiló el año pasado en English Breakfast (y eso que soy un fana confeso de casi toda la gente entrevistada en ese libro...). Mientras tanto es una recopilación de esas columnitas, y es algo así como el mejor blog que vayas a leer en tu vida pero mucho mejor (una sensación parecida a la de La letra e, un rejunte de textos de los cuadernos y diarios íntimos de Augusto Monterosso). O sea, si Juana pusiera un blog cerrarían muchos otros empezando por éste.
Otro dato interesante: el libro se entregaba en la iniciativa de POD de La Nación-Capítulo Dos, y yo leí la edición "Large print" que vendría a ser un 20% más grande (en formato y tamaño de letra) que los libros normales. Y sí, los libros un 20% más grandes son 2.000% más agradables de leer.

- Finalmente salió de la fucking imprenta Ramon writes, la tercera edición (corregida, aumentada, rediseñada, reeditada y retovada) de la recopilación de una vieja columna del Buenos Aires Herald en la que estuve trabajando como bestia los últimos cinco meses. Ramon era un personaje genial que inventó Basil Thompson. Basil, además de ser presidente del diario durante mucho tiempo, escribía una columna diaria de humor (las columnas diarias vendrían a ser como los blogs pero hace 50 años y con una exigencia bastante más apremiante). Las cartas de Ramon están escritas en Spanglish, cosa que las hizo famosas (I am that I give no more, I can aguantate no longer, o una con la que me identifico en tanto padre de mujeres, My girls with the minifald!), pero más que nada era un chanta porteño muy divertido al que le pasaba de todo. Ese tipo de textos que los diarios ya casi ni publican, tan esenciales como las noticias y las crónicas periodísticas de los párrafos anteriores.
Con este libro hice por primera vez hice de "100% editor": agarré el original de autor, revisé el texto, trabajé opciones de diseño, preparé la diagramación, corregí pruebas, etc. Tiene sus errores (hay uno en los foliados de página por el que me quiero pegar un tiro en las gónadas...), pero estoy muy orgulkloso también de eso, y me ocupé de poner mi nombre donde a los editores realmente nos importa: en la página de legales, debajo de la ficha bibliográfica de catalogación en fuente, estampé la gloriosa, poética y cariñosa frase "Edición al cuidado de Pablo Toledo".

8.12.07

Un cacho de cultura

En la ADN de la semana pasada, Beatriz Sarlo escribe un artículo en la más rancia tradición Adorniana acerca del desvanecimiento del concepto de cultura en el que ni siquiera intenta disimular el asco que le causa la mezcla de lo que ella define como la alta literatura con la runfla. No se ahorra ningún palo para los ignorantes de la "alta literatura", y puntualmente menciona como bodoques comerciales a Ian Mc Ewan (ya dije varias veces lo que me parecen sus libros), Brett Easton Ellis (desparejo y petardista, pero American Psycho es una muy buena novela) y Jonathan Franzen (The Corrections, lo único suyo que leí, es una novela impecable, demoledora, magistral).

Sólo que en el artículo habla de las novelas de "Bretton Ellis" y "Jonathan Franze".

O sea...

7.12.07

El que avisa no es traidor

Yo ya avisé hace como un mes, pero por las dudas repito: el jueves 14 se estrena en Argentina The Golden Compass / La brújula dorada, y la runfla va a estar enardecida - algunos van a a estar obnubilados por el presupuesto/despliegue/sanguchitos de miga del preestreno/sobre de la productora, otros van a poner el grito en el cielo porque ofende a nuestra santa madre iglesia, otros van a estar babeados por Nicole Kidman, los diarios traducirán mal alguna nota de diarios de Estados Unidos donde el escandalete ya lleva varias semanas, etc.

La papa la tiene Neil Gaiman, cuando dijo en su blog algo así como "estos yanquis están todos majaretas, déjense de joder y vean la película".

Para facilitar el trabajo, estos son los errores que los medios argentinos van a publicar sobre His Dark Materials:

- NO ES una copia de Harry Potter. No apunta al mismo público. No está escrito para competir con Rowling.

- Los referentes literarios más importantes para entender el libro no son ni Tolkien ni C S Lewis, son John Milton y William Blake (en particular, la lectura que hace William Blake del Paradise Lost de John Milton). Y en todo caso, C S Lewis muchísimo más que Tolkien.

- Ya que van a comparar con los libros de C S Lewis, recuerden que Las crónicas de Narnia es una serie de 7 libros de los cuales The Lion, the Witch and the Wardrobe es sólo el primero y más famoso (aunque no el primero en la cronología de Narnia).

- NO ES "ciencia ficción". En todo caso, es "fantasía".

- La traducción es Sus oscuros materiales, y no Los materiales oscuros

- El primer libro de la trilogía se llama Northern Lights en la edición británica y The Golden Compass en la edición yanqui. Ah, y Northern Lights se traduce como "Aurora boreal" y no como "Luces del norte".


Este es un servicio del departamento de obsesivos y
anal retentives de "Lo parió". Estamos trabajando para usted.

La era de la boludez

En una misma semana:

- una entrevista en Ñ a Josefina "China" Ludmer, guía espiritual de los críticos literarios argentinos de la línea puanista pura y dura, diciendo que se viene la "mala escritura"


- una columna del inoxidable Damián "muero porque me digan enfant terrible" Tabarovsky felicitando por mal tocado a un disco de PJ Harvey

- El trailer de la próxima película de los Hermanos Güachósqui, sobre Meteoro


Digo, está bien que hay que buscar nuevos paradigmas, que ya no queden temas originales, que todas las buenas historias ya las contó Homero, que la belleza pasóde moda con Duchamp y es un concepto más burgués que el plazo fijo a 90 días y todo lo que quieran... pero ¿soy el único tarado que todavía prefiere las cosas "bien hechas" y las "buenas historias" cuando están "bien contadas" ?

24.11.07

Mitología criminalística

Una vez más, no entiendo.

Ayer fue la presentación de In fraganti, la antología de cuentos de tema policial en donde está incluido mi cuento "Causas simples para crímenes improvisados". Muy simpáticos y atinados estuvieron Vicente Battista (amigo de la casa), Juan Sasturain y Ernesto Mallo. Para variar, y quizás como marca generacional de gente más dedicada a ser gente que a mear arbolitos en cada lugar que pisa, no se dedicaron a echarle tierra a los "nuevos narradores" (como en las presentaciones de La joven guardia y En celo, donde más que presentadores lo que había eran quintas columnas del enemigo más acérrimo), y hablaron más del tema policial en Argentina, al que Sasturain y Battista aportaron unos cuantos ladrillos a lo largo de su carrera, que de la antología, a la que sin embargo dedicaron unos párrafos debidamente elogiosos (entre ellos unas vecinales y barraquenses menciones hacia mi cuento, que al parecer ocurrió a pocas cuadras de la casa en la que Battista vivía en ese momento).

Pero un comentario de Diego Grillo Trubba, certificado por Violeta Gorodischer, autora del cuento en cuestión, me recordó una de las características de la argentinidad que más detesto, que menos entiendo, que más me sublevan (como dirían los ingleses, siempre tan gráficos, que me hacen hervir la sangre): la admiración por el odontólogo Barreda.

El tipo era, aparentemente y según su relato, víctima de abuso psicológico familiar. Les voló la cabeza a su mujer y sus hijas, al parecer a sangre fría.

¿Qué hay para admirar? ¿Su violencia? ¿Su violencia como respuesta al abuso no físico? ¿Su falta absoluta de remordimiento?

¿No será que la admiración a Barreda es el resultado del machismo argentino? Las mujeres de la casa se habían salido de su lugar, Barreda no había sabido controlarlas ni "ponerse los pantalones", finalmente tuvo una reacción de digno macho cabrío y puso en caja (cajas de madera enterradas, para hacer un mal chiste) a sus indómitas mujeres. La violencia, la violencia más absoluta y extrema y sádica, y sobre todo más justificada e "incastigable" porque se ejerce por derecho propio, son la prerrogativa del macho. Barreda finalmente ocupó su lugar de hombre, y por eso hay que aplaudirlo y admirarlo, no castigarlo.

Al fin y al cabo, ninguno de los que embanderan su devoción a Barreda levantan altares parecidos a las cientos, miles de mujeres que todos los años (todos los días) responden a los ataques de parejas golpeadoras. Mi vieja trabajó muchos años en un hospital de Buenos Aires con casos de violencia y abuso intrafamiliar, y a través de ella vi muchos casos de mujeres que agarran a sus hijos y se van, de hijos que crecen y le responden a sus padres (esta semana, sin ir más lejos, un chico de 17 años mató a su padre que lo había golpeado toda su vida - ¿alguien lo elevará a héroe popular junto con la estampita de Barreda?) , de familias destruidas por ciclos de violencia que llevaban generaciones enteras y rescatadas por verdaderos actos de heroísmo de alguno de sus miembros al irse de casa, al responder, al denunciar, al decir basta.

Pero a esas nadie las admira. Los policías que no les toman las denuncias en las comisarías, y que alguna cachetadita a sus mujeres le habrán dado para ponerlas en su lugar, seguramente admiran a Barreda.

Quienes reivindican a Barreda tienen un horror primigenio del contracaso de ese imbécil: Lorena Bobbitt, que como respuesta al abuso sexual no mató a nadie pero sí cortó el atributo de macho del abusador (a quien, para cerrar el simbolismo del caso, se lo reinsertaron en un quirófano y que luego filmó una película pornográfica, John Bobbitt Uncut, para poner las cosas en su lugar, porque el macho se demuestra cojiendo a troche y moche). Lorena Bobbitt es Lilit, la Eva rebelde borrada de los Evangelios pop, porque está bien interpretar como un hecho simpático a tres asesinatos brutales pero con la pija de un macho no se jode.

Y entonces ahí tenemos a Barreda, el héroe del machismo más imbécil y encarnado de la argentinidad, el baluarte de los que quieren y no pueden ser machos patriarcales, el mal chiste de los que no se atreven a admitir de frente sus ideas. Déjemonos de joder.

20.11.07

Mitología política




Esta foto viene a probar algo que yo vengo diciendo desde hace rato: la supuesta belleza de Cristina Fernández de Kirchner es un mito inventado por los noteros chupamedias de CQC. Y no me vengan con "el carisma personal" o "la atracción de las ideas". La única verdad es la realidad, y la presidenta electa será muchas cosas pero fuerte, lo que se dice fuerte, no está, por más dólares de botox, maquillaje, pilchas y accesorios que se eche encima.

En todo caso, planteo la pregunta: si nadie les pide a los políticos varones que sean elegantes, flacos, bien peinados o siquiera que se afeiten por la mañana (de hecho, si en ciertos políticos es un "valor" la desprolijidad o la despreocupación por la apariencia), ¿para qué la idiotez de que las políticas mujeres deberían ser guapas? ¿Cuántas falsas mujeres atractivas al estilo de Cristina K o María José Lubertino hacen falta dentro de las filas "progres"? ¿No alcanza con las pieles de María Julia por el bando contrario? ¿Será la herencia de las mujeres peronistas, en la línea María Eva Duarte actriz de teléfono blanco y Estela Martínez bataclana centroamericana?

19.11.07

El "futuro" del libro

Hoy coinciden dos versiones distintas del "futuro del libro" en las noticias. Y las dos dan ganas de ir a dejar flores y una carta de agradecimiento en la tumba de Gutenberg.

La primera y más cercana es la iniciativa de La Nación y Capítulo Dos para montar una semana de acción POD (print on demand, impresión sobre demanda para los amigos). La idea es simple: máquinas que fabrican copias únicas de libros, básicamente una impresora láser con una encuadernadora y una impresora de tapas.

¿Ventajas? Muchas, y anticipadas por Gabriel Zaid en el archifamoso Los demasiados libros y por Jason Epstein en el menos floripondioso pero más fundamentado "desde el negocio" The Book Business: Past, Present and Future. Básicamente, cambia el modelo de acceso a los libros. No existe la distribución de papeles impresos, sólo se envían datos (Negroponte agradecido). En lugar de que los editores paguen la impresión de un montón de libros que no se venden, y de que también se pague por llevarlos a las librerías, almacenarlos en depósitos y volver a llevar a los depósitos los ejemplares sin vender, la editorial prepara una base de datos a la que accede cada puesto de venta cuando el cliente lo pide. El libro se "fabrica" mientras el cliente espera, o se puede encargar y pasar a buscar más adelante. Se acabó el "fuera de catálogo", se acabó el "me llega la semana que viene".

Se hace más factible un modelo en el que una editorial, por ejemplo, universitaria o académica produzca muchos títulos de los que no se venden casi ejemplares, porque se elimina el costo financiero de la edición (más allá del costo fijo de la edición en sí: editing, corrección, diagramación, eso es igual). O, con costo cero, se puede armar lo que están "probando" esta semana: poner en circulación libros agotados, el catálogo entero de cualquier editorial siempre disponible en cualquier parte. O llegar a lsueño de cualquier editor, que todos sus libros estén disponibles todo el tiempo en todas partes, en todos los países, en todas las librerías y en cualquier parte en la que se instalen las máquinas (Epstein piensa en un sistema de compra online con entrega en kiosquitos tipo casas de revelado de fotografía). Cultura para todos.

¿Problemas? Varios, también. Para empezar, la impresión de cada ejemplar es cara (aunque es más barato, como demuestra Zaid, que el costo de imprimir, almacenar y mover ejemplares que no se venden), y es directamente proporcional a la cantidad de hojas del libro. No se imprime en colores. Las máquinas por el momento no están desarrolladas en un formato manejable a gran escala por gente poco capacitada (idealmente serían como fotocopiadoras grandes, con el mismo nivel de mantenimiento y especialización de operarios).

En el caso de La Nación, hay en el catálogo algunas cosas interesantes (como Permiso para quererte, gran novela de Julia Coria, amiga de la casa). El catálogo online, en el sitio de Capítulo Dos, es un desastre: mal organizado, no se puede buscar, faltan títulos (un título de Sigfried Unseld, por ejemplo, que me interesa y que según La Nación está en el programa directamente ni figura en el sitio), no están las tapas, navegarlo es tan placentero como operarse de las muelas de juicio sin anestesia. Los precios de los libros, por otra parte, comprueban que con este modelo no revolucionan nada: entre 40 y 80 pesos cada libro, algunos más caros. Una buena idea mal ejecutada, por lo menos para alguien que lea las promos y visite el sitio. No dan ganas de ir a la librería a averiguar de qué se trata.

La otra noticia fue hoy, en Estados Unidos: Amazon dio "un paso adelante" y lanzó el Amazon Kindle, su lector de ebooks. Por unos "modestos" 400 dólares se compra el simpático aparatito más o menos del tamaño de un libro, con una pantalla de tinta electrónica y un diseño que parece... un reloj digital japonés con calculadora de 1984 que se tomó un tubo de esteroides.

El aparato se conecta a las redes de datos de telefonía celular y descarga (o sea, compra) los libros directamente de Amazon. También puede descargar diarios, revistas y blogs. Como es tinta electrónica y no pantalla TFT/LCD, la batería dura bastante.

Pero, volviendo al principio del párrafo anterior, encontramos el error conceptual (aparte de lo horrible del diseño del bicho). Esto sería una gran idea si no fuera una máquina de comprarle cosas a Amazon en vez de un lector de ebooks. Por 400 dólares, la máquina no lee los archivos que uno ya tiene en la PC salvo que uno se los autoenvíe a una dirección de email para que Amazon COBRE por convertirlos y enviarlos al Kindle. Si me descargo La Ilíada del Proyecto Gutenberg, le tengo que pagar a Amazon para leerlo en mi aparato. Si quiero subir un documento que escribí en Word, le tengo que pagar a Amazon. Cobran hasta por cargar el contenido de los blogs, que en la PC son gratis.

O sea, por 400 dólares me compro una cabina de peaje para llenarle los bolsillos a Amazon. Y eso es la gran "revolución" que va a "liberar" a los libros. Podría haber sido una gran idea (capaz que, con los hackers adecuados, se convierte en una gran idea: ese aparatito con un programa que me permita cargarle documentos gratis desde mi PC es otro tema), pero así como está que se la guarden, al codex no hay con qué darle, y mucho menos con estas "geniales ideas".

Si éstas son las ideas visionarias que van a repensar el libro, si éstas son las geniales cabezas que están elucubrando el futuro, estamos fritos.

12.11.07

Estamos fritos

Declaro mi admiración renovada, absoluta e incondicional a una de esas personas que sólo pueden ser inglesas: Stephen Fry.

Lo más reconocible de Fry es el papel de Oscar Wilde en Wilde, o para los más memoriosos el de Peter en Peter's Friends. Pero además de los infinitos papeles que hizo en cine, Fry tiene mil carreras diferentes: comediante de televisión y radio, novelista, presentador de programas de televisión, documentalista, autor de libros de divulgación de música clásica y poesía, recientemente blogger (cada uno de sus blessays es una obra de arte), más recientemente columnista de tecnología del Guardian (sus columnas son simplemente imperdibles), graduado con calificaciones sobresalientes de la Universidad de Cambridge. Y en el medio de todo eso, fanático absoluto de cuanto aparato tecno-computacional se haya inventado. Ah, y está diagnosticado como maníaco-depresivo, tiene varios intentos de suicidio y, en 1995, un sonadísimo episodio de depresión en el que dejó una obra en el West End de Londres, estuvo a punto de suicidarse en el garaje de su casa y se puso a manejar sin parar hasta un pueblo perdido de Francia en donde estuvo 10 días mientras las tapas de todos los tabloides ingleses lo daban por muerto.

Pero más que nada Fry asusta por lo bien que hace las muchas cosas que hace, de las que en los últimos días me estoy empachando. Cuando le entregaron un premio a no sé qué, alguien dijo que tenía un cerebro "del tamaño de Kent" (condado inglés que, por supuesto, es billones de veces mayor que cualquier cerebro). Lo que asusta también es el talento y la honestidad que tiene, y la modestia con la que lleva todo eso. Paso lista:

  • El blog es maravilloso. Escribe como sólo escriben los humoristas británicos, con estilo, eficiencia, panache y buen gusto. La mayor parte del material es estrictamente geek, pero un texto bastante largo sobre la fama en la cultura moderna que escribió hace cosa de un mes es simplemente imperdible.
  • Las columnas del Guardian, para los que se interesan en los tecnoaparatos modernosos, es obligada: no sólo sabe más que nadie de lo que habla (compró la segunda Mac que se vendió en Inglaterra, y tiene y conoce todos los aparatejos habidos y por haber), sino que leerla es un placer por más que uno no sepa ni qué es un teléfono celular.
  • Ha hecho comedias, dramas y todos los papeles imaginables en cine. Todavía no vi una actuación suya que haya resultado floja.
  • En los 80 empezó como comediante de la mano de monstruos como Ben Elton, Ema Thompson, Rowan Atkinson, etc., como actor y como guionista/escritor. Pero lo que lo hizo famoso fue el dúo Fry & Laurie, con Hugh Laurie (el insuperable Dr. House, o para los más kitsch el padre de las películas de Stuart Little). Hicieron muchas cosas juntos, pero su mejor trabajo fueron las cuatro temporadas de A bit of Fry & Laurie (yo no les dije nada, pero esta página puede ser de interés), humor inglés en la línea surrealista de Monty Python con ideas y ejecución impecables, a la vez más clásico y más radical que los intentos argentinos de Alfredo Casero. La esencia misma del humor inteligente, 500% británico, garantizado, probado y comprobado.
  • Realizó para la BBC una de-mo-le-do-ra serie de 2 documentales sobre los trastornos bipolares, Stephen Fry: The secret life of the manic depressive. Están hechos en primera persona, y son su exploración personal de la enfermedad, de cómo le marcó la vida, de las opciones que tiene para tratarla/manejarla, de lo que dicen al respecto los científicos, los enfermos, sus amigos y parientes. Un nivel de honestidad que transmite a todos - se desnuda por completo y logra que todos los que entrevista (incluyendo a personajes famosos como Richard Dreyfuss, o a su propia hermana) hagan lo mismo. Conmovedor, informativo, entretenido, coherente, todos los adjetivos le quedan cortos.

Así que simplemente eso: un aplauso largo y sostenido para este gigante (literalmenmte: es altísimo). ¡Siga así, maestro!

9.11.07

Cultura Sushi-matemática

En quinto año del secundario tuvimos un profesor de matemáticas bastante particular. El tipo era gordo, medio petiso, pelado, desprolijo y con facha de bohemio que claramente estaba en otra. Su uniforme habitual eran pantalones sport un talle y medio más grandes, camisas medio salidas, saco. Se notaba de a cinco cuadras que daba clases porque tenía ganas, porque le gustaban las matemáticas (o las chicas de quinto año) o porque no tenía nada mejor que hacer. Faltaba seguido.

Sus clases eran despelotadas. Hablaba del tema con más pasión que otra cosa, y si no lo seguían, bueno, qué le vas a hacer. Tres veces por hora se iba por las ramas y nos contaba de sus días en el Colegio, de cuando militaba en el centro de estudiantes, o simplemente se colgaba. Era ingeniero, eso nos dijo alguna vez. No entendí nada de lo que enseñó (algo de matrices y operaciones y sistemas de números, las matemáticas me habían dejado atrás mucho antes de que llegara él), pero aprobé la materia, cosa que habla más de sus ganas de hacer la vista gorda que de mis conocimientos.

Un día una compañera cayó con una revista "Pronto" que tenía en tapa a Soledad Silveyra. En lka nota estaba él: la nota, en realidad, hablaba de él. Con la misma pinta de schleper con la que venía a dar clases salía en las fotos al lado de "Solita". El tipo era pareja de ella, y además era dueño de una constructora y estaba forrado en guita. Cuando le mostramos la revista y le preguntamos si era él nos preguntó si no teníamos cosas más interesantes para leer y siguió hablando de los sistemas de ecuaciones.

Pero se le debe haber pasado rápido el sonrojo, porque unos años después (ya separado de Solita) fue funcionario de De La Rúa en la municipalidad, y en la presidencia, en la parte de turismo. Era un gran amigo de Aíto o de Antonito o de los dos, en las reuniones de los sushi era algo así como la salsa de soja.

Y cayó en desgracia como todos ellos, y la recicladora política del Pro le desenvolvió las gasas a su momia. Y hoy resulta que vendría a ser el sucesor de la "silla caliente" de la Secretaría de Cultura, después del bochazo eclesiástico a Liprandi y el bochorno mediático de Rodríguez Felder. Lombardi, peinate de lo que quieras, sacate la Franja y hacete sushi para terminar con Macri, largala a Solita, hacé lo que quieras, pero desde acá (yo y todos los de quinto novena) te tenemos la ficha. Y cuando tengas un rato libre, explicame de vuelta matrices, que no entendí una goma.

2.11.07

Genesis (sin Phil Collins, sin Peter Gabriel, sin Rutherford, sin nadie de nadie)

Chili pregunta en un comentario al post anterior de dónde salió la idea para el diálogo. Nobleza obliga, acá va la respuesta.

La idea salió de una invitación a leer en "Yo, pecador" con la consigna de textos sobre sexo, un género que la verdad nunca me interesó demasiado en sí. Y me di cuenta de que lo que generalmente me pasa con los textos literarios que tocan el tema del sexo es que lo hacen algo estético/espiritual/otra cosa, incluso cuando no pasan de la descripción mecánica del acto. O sea, o es Los cuadernos de don Rigoberto de Vargas Llosa (lo más estetizado) o puede ser Henry Miller, pero de cualquiera de las dos maneras siempre se trata de sexo como de puerta a otra cosa, o como de algo-distinto-de-sí-mismo. No hay sexo sin metáforas, eso es pornográfico y no literario, parece ser el estado de situación.

¿Qué sería lo opuesto? Bueno, lo opuesto sería hablar del sexo de la manera en que un maquinista habla de la locomotora, desacralizarlo completamente, anti-elevarlo. Empecé a escribir con la idea de hacer un diálogo que tratara al sexo de una forma casi industrial, totalmente desidealizada/desideologizada (en el sentido marxista de la palabra), y nada mejor que el ambiente del cine porno como variante, si se puede, incluso más capitalista de la prostitución.

En la línea 5 necesitaba un nombre para el productor/director, y el tercer apellido que escribí fue Ocampo. Ocampo trajo a Adolfo, Adolfo a Jorge Luis, Jorge Luis a Pepe, y para esa altura ya estaba el tema de los escritores instalado: Manucho, Ricardo, César, Rodolfo, Alan y Rodrigo fueron intencionales, pero todos aterrizaron ahí por accidente. Que este diálogo ternminara siendo también una metáfora del campo cultural fue un bonus.

El tema sindical/tratado político sobre la explotación fue por la idea del principio: el sexo es el trabajo, entonces qué más lógico que un texto sindical sobre el sexo. De hecho, existe AMA (Asociación de Meretrices Argentinas), un gremio de "trabajador@s del sexo" que (vaya sorpresa) la CGT se niega a reconocer y que está en la CTA. Odio profundamente la romantización de la prostitución (esa idea de la "puta oráculo", la "puta que te resuelve la vida", la "puta sabia que cura la sociedad"), me parece una justificación pelotuda de un comercio denigrante o en todo caso una manera de ignorar el hecho básico de una mujer que alquila su cuerpo a quien pueda pagarlo (por dominación, por opción, por violencia, por necesidad, por imposición, por millones de motivos que rara vez incluyen "porque me satisface de la manera en que un abogado se hace llamar DOCTORRR González") haciendo como que en realidad pasa otra cosa. Por eso que estas actrices porno hablan, literalmente, de trabajo. Quizás salven al mundo en otros momentos, tienen vidas y pagan impuestos y van al supermercado y se cortan las uñas de los dedos de los pies y son miserables y son maravillosas, pero cuando hablan de su trabajo hablan de trabajo como un colectivero habla del Mercedes 1114, de los inspectores que le rompen las pelotas, de la máquina boletera que no anda y de la manifestación de mierda que le cagó el día.

Para cuando llegué a la parte de las teorías de explotación ya tenía un objetivo claro, y las dos posturas de ellas son casi inevitables: dos teorías dominadas del trabajo, dos imágenes falsas del orgullo y el lugar del dominado, y la resignación inevitable porque, dentro del sistema, no hay salida del sistema. Marx 101, supongo.

O sea: no sé cómo fue exactamente que se me ocurrió, pero así lo recuerdo, o vero o ben trovato pero en todo caso lo que queda.

27.10.07

Lo prometido es deuda: sexo posta posta

Cumpliendo con la promesa, aquí está el texto que leí en la presentación de ayer. Como dije antes, chusco y chabacano, así que están prevenidos.

- ¿Te queda de la crema que me prestaste el otro día?

- ¿El desmaquillador?

- No, esa de las lastimaduras. Tengo el culo a la miseria.

- Fijate en la cartera.

- A Ocampo hoy se le ocurrió hacerse el director, y nos hizo repetir una escena como cuatro veces.

- Hay días que no se aguanta ni él. ¿Con Adolfo?

- No, peor: con Jorge Luis. ¿Viste cómo le gusta agarrarse fuerte y bombear? Imaginate eso cuatro veces, y Ocampo que gritaba instrucciones todo el tiempo.

- A veces parece que lo hicieran a propósito. No hay derecho. A mí la semana pasada me hicieron una parecida con una doble penetración: empezaba con Pepe y después entraba Manucho, pero a Manucho, pobre, no se le paraba.

- Es que también…

- Sí, cuando largábamos Manucho debía fijarse en el culo de Pepe y eso sí que lo calentaba, pero cuando Pepe se movía para el costado y yo se la tenía que empezar a chupar mientras Pepe me la daba por atrás, a Manucho le quedaba muerta como un gusano. Parecía una babosa, yo no sé cómo lo contratan.

- Sí sabés: es el único que consigue actores para las películas de trolos. Ocampo no los puede ni ver, si fuera por él esas películas no las haría, pero Manucho le armó todo el negocio y con esas parece que gana muy bien.

- Ocampo no querrá saber nada con los trolos pero bien que a nosotras nos pone a trabajar juntas todos los días: si fuéramos pareja de verdad nos chuparíamos la concha menos seguido.

- En las películas de afuera es lo mismo.

- Sí, pero a esas minas después las tratan como reinas.

- Y cobran. En Estados Unidos se llenan de plata, pero acá…

- Acordate el año pasado cuando cayó el inspector del sindicato de tramoyistas por no sé qué cuestión del contrato de Abelardo, el iluminador, y estuvimos una semana entera sin trabajar hasta que arreglaron. Si a Ocampo le hacemos un paro vas a ver que no nos jode más.

- Seguro, el paro hay que hacerlo con Manucho.

- Reíte todo lo que quieras, pero igual no tenemos ni obra social ni vacaciones ni aportes ni nada. Hasta nuestras propias cremas tenemos que traer, si fuera por ellos no pagarían ni el lubricante: si te lastimás, o cuando no podés trabajar porque estás indispuesta, ¿quién te lo paga? Ni Ocampo ni César ni Ricardo ni nadie.

- ¿Y César y Ricardo qué tienen que ver?

- Todo, mi amor. Si no fuera por Ricardo y César esto se cae a pedazos. La plata para los canas la pone César, los contactos con los negocios que venden las películas son todos de Ricardo. Y fijate vos ahora cómo estás: ¿si mañana no podés trabajar qué pasa?

- Qué mañana ni mañana, si no puedo trabajar esta noche voy a la casa de Jorge Luis y lo castro.

- Mirá que vas a necesitar un cuchillo grande… Pero es lo que te digo, ponemos el cuerpo y nos tratan como basura.

- Sí, nos rompemos el culo trabajando.

- Mirá que sos boluda, vos.

- Para vos que decías del sindicato: esta noche tengo a uno de no sé qué gremio.

- ¿Ocampo te pidió comisión?

- Lo de siempre.

- Hijo de puta.

- Che, vos todo el tiempo te quejás y me llenás la cabeza pero bien que después te quedás calladita.

- No mientas: el otro día con Abelardo qué pasó.

- Abelardo es una cosa, pero agarrate con Ocampo y fijate qué hacés el día en que te diga que no vengas nunca más.

- Juicio, eso le hago. Sabés la de abogados que conozco, le meto un juicio y se termina todo. Esto es un laburo.

- Justamente: hay una fila de pendejas que quieren hacer nuestro laburo por menos guita, y lo único que les interesa es salir en las películas y si no les pagan les da lo mismo. ¿Te parece que Ocampo te va a dar mucha pelota si le vas con estas historias?

- Que vea cuántas de esas pendejas hacen lo que hacemos nosotras.

- Alguna seguro que hay, y hasta seguro tiene tetas más grandes y la cola más parada que nosotras.

- En este negocio no se trata de lo que tengas: lo importante es cómo lo movés.

- Un culo caído no hay como moverlo, querida...

- No estés tan segura. ¿Estuviste la semana pasada, cuando hicieron la película con la gorda? Trajeron una gorda de 300 kilos y la pusieron con Alan y Rodrigo, casi los aplasta. Así que si hay gente que se calienta con eso, nosotras podemos hacer cualquier cosa.

- Es que los tipos vienen cada vez más enfermos, te digo que no sé qué mierda se les metió en la cabeza. Decí que Ocampo en el fondo es bien tradicional, pero el otro día los chicos que hacen la edición me mostraron unas cosas que se bajaron de Internet y están todos muy rayados: los que no se cagan a palos están con gordas, enanas, disfrazados de cuero, veinte tipos con una sola chica.

- ¿Y la chica qué hace?

- Nada: les chupa un poco y después le acaban encima, hacen fila para cojérsela, y te digo que si lo pensás es más fácil que trabajar bien con uno solo.

- Decí lo que quieras, yo eso ni loca. Yo le dije a Ocampo después de la última vez que me puso en una escena con Jorge Luis y Adolfo, que yo esas cosas las cobro bien o no las hago. Ya no somos pendejas de dieciocho: cuando estaba con los dos adentro todo bien, pero a la noche cuando llegué a casa quisimos cojer con Pepe y pensé que me moría. Si te ponés a mirar las películas de afuera, hay cosas que las ves y no entendés cómo las hacen.

- Lo mismo le dije yo la última vez que trabajé con Rodolfo, es una bestia. Para que se le ponga dura tiene que estar duro él, y ni sabe lo que hace. Es peor que un borracho.

- Pero en cámara da bien: los tipos se ponen como locos.

- Ves, vos muy sindicalista pero si los tipos se calientan justificás cualquier cosa. Sos igual que ellos.

- No digas pavadas.

- Pavadas no, verdades: te ponen la plata en la mesa, te pagan vacaciones y aguinaldo, y te dejás hacer cualquier cosa. Y después me criticás a mí. Yo al menos pongo límites.

- Claro, vos sos digna y hacés cualquier cosa, esto es todo por amor. No me vengas con idioteces, que las dos sabemos bien de qué se trata. Yo reclamo lo que me corresponde porque trabajo bien. Es una cuestión de orgullo, hay que ser profesional.

- Se nota que trabajabas en un departamento del Centro: entre polvo y polvo se te contagió el chamuyo de los abogados…

- Las mujeres de los tipos que vienen con nosotras nunca en la puta vida van a hacer lo que nosotras les hacemos en quince minutos. Si los tipos tuvieran eso en la cama, ¿vos te creés que prenderían la tele? Miran nuestras películas para hacerse una paja o para ver si a las muertas de las esposas se les ocurre algo. No cualquiera hace lo que hacemos nosotras…

- Ubicate, nena: nosotras cojemos, no hacemos cirugía. Cualquiera puede cojer.

- ¿Y por qué nos pagan, entonces?

- Porque a Ocampo le conviene: cojemos como él dice, cuando dice, con los tipos que nos pone enfrente. Si Ocampo quiere gordas viene, filma con una gorda y listo. El día en que las gordas se pongan de moda vos y yo no vemos más un peso. Y los tipos lo mismo…

- En la tapa de las películas salimos nosotras, o te creés que los que ven las películas saben quién es Ocampo.

- No les importa, pero sin Ocampo a vos y a mí no nos conocería nadie. ¿Y vos qué preferís, seguirle la corriente a Ocampo o volver a hacer la calle? Acá los tipos están en la misma que nosotras, y al menos nadie te va a salir con algo que no esté en el libreto.

- Y al final del día sabemos que hay cheques para todos.

- Y entonces qué.

- Y entonces nada. Que acá el guión dice que ahora yo estoy en casa y vos entrás con un sobre lleno de papeles, yo te miro y te empiezo a apretar y vos tirás los papeles y nos chupamos las dos encima de los papeles que están todos escritos, acá dice que lo que está escrito en los papeles es importante pero si importara tanto no nos pondríamos a franelear encima.

- ¿Y después viene alguien más?

- ¿Importa?

23.10.07

Este viernes


¿Quieren sexo? Están todos invitados a escucharme leer el texto más cerdo, guarro, incorrecto, chusco y chabacano que escribí en mi vida...


YO PECADOR
Historias de amor, sexo y cabernet

Escritores invitados:
Inés Fernández Moreno
Osvaldo Bazán
Alejandra Laurencich
Juan Terranova
Pablo Toledo
Paula Varsavsky

Viernes 26 de octubre. 20 hs.
LIBRERIA FEDRO
Carlos Calvo 578
San Telmo
Buenos Aires
Tel: 4300-7551

Organizan Cristina Civale y Patricia Suarez


22.10.07

His Dark Materials

Terminé la trilogía His Dark Materials, de Philip Pullman, a cuya adaptación cinematográfica critiqué en el post anterior. Como decía allí, la trilogía tiene sus bemoles y sus puntos fuertes. Algunos de ellos:

  • Es un libro de fantasía, por momentos demasiado orientado a un "lector infantil" (en el sentido peyorativo de la palabra, un escritor que cree que su lector es un idiota que no entiende "pescado" a menos que le refrieguen la cara 5 veces seguidas contra una ballena maloliente). Hay animales que hablan, portales interdimensionales, ángeles que pelean batallas contra osos polares con armadura, y de ahí en más lo que pidan. Fanáticos del realismo, la literatura "cruda" y el "sentido común", abstenerse.
  • Para ser un libro de fantasía, está 10 mil metros por sobre el promedio, aunque no alcanza los picos de sofisticación (Tolkien), modernidad (Gaiman) o anticonvencionalismo (Pratchett) de otros. Y, como dije antes, es un in your face a los panfletos catequísticos de Narnia y esa corriente de épica cristiana con héroes, mesías y salvadores. Pullman tiene héroes y salvadores, pero son todos revolucionarios que resisten y destruyen la Autoridad (así, con mayúsculas, aparece Dios y el mito del génesis cristiano como el gran "eje del mal" en el libro).
  • Para ser un libro que se dirige de formas tan explícitas y a veces poco felices a un público infantil, es maravillosamente complejo y sofisticado (cuando el autor le da permiso): personajes muy bien construidos y nada simples, ideas enrevesadas y densas, temas controvertidos y 100% incorrectos, etc.
  • Hay millones de ideas, y casi todas funcionan. De cada página se pueden sacar personajes, principios, contextos y guías argumentales para 5 libros más, y todos estarían buenos.
  • La escritura es efectiva, por momentos es muy buena y de a ratos sorprende. Pero también hay momentos rutinarios, cosas a las que les falta un golpe de horno o una vuelta de tuerca.
  • Hay miles de referencias a cuestiones científicas (física cuántica a patadas), al Paradise Lost de Milton (la batalla entre ángeles leales y ángeles rebeldes "caídos" pero dada vuelta), a ideas del Romanticismo, a los conceptos de inocencia/experiencia de William Blake, a cuestiones de teología, etc. Saber mínimamente de qué va la mano con esas cosas llena al libro de ecos. Pero ignorarlas completamente no le quita ni una línea, la narración contiene todo y se contiene a sí misma.
  • El problema con lo anterior es que partes significativas de la historia se van en explicaciones.
  • Los héroes de la historia son dos chicos, Lyra Belacqua y Will Parry. La manera en que esos chicos crecen y aprenden está más que muy bien manejada, y por momentos deja a Harry Potter (el competidor más directo en el mercado literario) como una estudiantina. El final de la tercer novela, donde resuelve la historia de ellos y su paso de la niñez (el gran tema que subyace todo es el eje inocencia/experiencia en el sentido más William Blake de la palabra), está más que muy bien logrado.
  • Pero otras cosas que hacen al "gran finale" están ejecutadas, no a las apuradas ni torpemente, pero sí con bastante menos panache.
  • En la calidad de la narración, en el relato de las escenas de acción, en los diálogos, en todas las cosas en las que se transparenta la "mano del escritor", es donde J. K. Rowling le gana por ocho cuerpos y sin forzar el motor. Pullman tiene ideas osadas que Rowling no incluiría en sus historias, un enfoque más "serio" de lo que implican sus historias y de cómo se engarzan en debates filosóficos y en tradiciones culturales. Si los dos hicieran un libro juntos, agarrate.
  • Vale la pena leerlo, y vale la pena leérselo a un chico a ver qué pasa. Pero, dicho sea antes de que empiece la parafernalia que se va a venir en diciembre, tampoco es la octava maravilla que nos va a querer vender Catalina Dlugui.

19.10.07

Llegando los monos II: los simios contraatacan

Estoy leyendo una edicion omnibus con las tres novelas de la trilogía His Dark Materials, de Philip Pullman. Los libros son extraños, en una tierra indefinida entre la novela infantil y la de adultos, pero sobre todo un ejemplo de buenas ideas con una ejecución que no les hace juego: las ideas están, la imaginación sobra, cada detalle está cuidado, la historia es interesante, los personajes están bien armados, pero la mano de Pullman no está siempre a la altura y a los libros se les ven las costuras cada 5 páginas. El balance da positivo, pero hay momentos en los que dan ganas de patearle la cabeza al grito de "No me tomes por idiota".

La parte más interesante es que, en una historia a caballo de la fábula y la fantasía dirigida a un público infantil, Pullman trabaja con temas bastante atípicos: nociones de física cuántica, influencias muy pesadas del Paradise Lost de John Milton (un libro que no se deja leer facilmente, pero que es una de los poemas más maravillosos e inagotables jamás escritos - a mí me tocó estudiarlo y enseñarlo varios años seguidos, y nunca la pasé mejor), y sobre todo una firme convicción agnóstica anticlerical que es el centro de la historia. O sea, usa un género que generalmente baja línea religiosa/moral para darle palos a la Iglesia Católica en particular y a cualquier religión organizada en general, para cuestionar las historias del Génesis judeocristiano, para hablar de la corrupción de los hombres que usan las ideas divinas, y para mojarle la oreja al santurrón bajalínea de C. S. Lewis y sus panfletarias Crónicas de Narnia.

Pues bien, justamente a caballo del éxito de las películas de Tolkien, Narnia y Harry Potter, a Pullman le compraron los derechos para llevar las novelas al cine por más que un puñado de dólares (o, en este caso, de libras). Y después de idas y venidas de guionistas, directores y plazos varios, la peli de la primer novela (The Golden Compass en la edición yanqui, Northern Lights en la edición británica, mal traducido en Argentina como La brújula dorada cuando es una referencia explícita a unas líneas de Milton que hablan de dos compases de oro con los que Dios dio forma al universo) se estrena en diciembre con 200 millones de dólares de presupuesto, miles de estrellas invitadas y toda la bambolla consecuente.

En este caso sería una buena noticia: el tono didáctico de algunas partes en las que a Pullman se le va la mano debería desaparecer en la adaptación a la pantalla, la acción va a destacar más, hay efectos especiales a patadas, debería ser en ciertas cosas hasta mejor que los libros, una película pochoclera pero con resto para algo más. Hasta que se filtraron ciertas "adaptaciones" al guión, que eliminan justamente el centro de las tres novelas: para no "ofender" a los religiosos, sobre todo del mercado estadoundense, se limpió toda referencia a la iglesia.

Eso debería ser más que complicado, porque justamente las novelas cuentan una guerra organizada contra la Autoridad (Dios como lo conocemos), un usurpador del poder celestial, y contra todas las instituciones que lo "representan" en los múltiples universos del libro, invariablemente corruptas, inescrupulosas y atornilladas a toda costa a su cuota de poder. Es com osi a Peter Jackson al dirigir el Señor de los Anillos le hubiera sacado los elfos y todos esos bichitos raros, o si al drector de Superman se le hbiera dado por eliminar ese molesto detalle de que el tipo salga volando cada dos por tres.

En la adaptación cinematográfica, el Magisterio (el brazo institucional más alto de la Iglesia, en realidad un símbolo de la Iglesia entera) se convirtió en "los gobiernos malvados y despóticos que oprimen a la gente". Que no se sorprenda nadie si aparecen con turbantes, barbas y remeras que digan "aguante al Qaeda, Ahmadinejad al poder".

Vale la pena aclarar qe estos mismos escandaletes se dieron con los libros, con gente que los trata de paganos antireligiosos y otros (entre ellos, hay que aclararlo, voceros de la Iglesia Católica) que dicen que el libro o hace más que denunciar ciertos exceos del poder terenal de la Iglesia, los mismos por los que vienen pidiendo perdón desde hace 40 años, y que no deja de ser una ficción, y que los lectores tienen el suficiente seso como para decidir qué compran del libro y qué no.

¿Conclusión? Espera y verás, en parte, ya que nadie vio la película, pero habla del poder contradictorio del dinero y del brazo censor de la "corrección política": una historia urticante para los conservadores estudios se hace tan atractiva económicamente que no les queda otra que agarrar viaje (seguir montados a la ola del cine fantástico, buscando historias que ya hayan tenido éxito en el libro, y esta trilogía rompió todo en ventas), pero a la vez la tuercen hasta que se quiebre con tal de no despertar al dragón dormido de los conservadores, mojigatos, cerrados de mente y pelotudos de este mundo que no se conforman con quedarse en sus casas sin ir a ver la película, sino que tienen ese impulso irrefrenable de salir a protestar a la puerta de los cines y pedir censura a gritos con cara de "heridos en su fe" (al estilo Última confesión de Cristo).

Los codiciosos se unen con los pusilánimes. De un lado están los fanáticos enceguecidos y del otro los lectores de mente abierta que pueden tomar una crítica sin que el mundo se les caiga... y adivinen quién pierde.

16.10.07

Arranquen el motor, que se viene el descuartizador


Para los últimos días del mes, en su librería amiga, la segunda antología de cuentos de Mondadori - Reservoir Books (la primera fue "En celo"). La tapa y el título lo dicen todo (la tapa, dicho sea de paso, está buenísima).

Entre los 20 cuentos, de la mitad tirando p'al fondo, van a encontrar Causas simples para crímenes improvisados, cuento de quien suscribe sobre un caso policial que sacudió ala opinión pública... allá por 1955 (siempre con los temas de actualidad y la estrategia marketinera, yo: María Soledad, el Loco de la ruta, el caso García Belsunce, Lourdes di Natale, todos los casos de tapa de los diarios y en el medio Toledo con un descuartizador de 1950, si yo ya te decía que soy un león para las ventas...).

Así que ya saben qué regalar para las navidades...


9.10.07

Cómo ir gratis a las universidades más caras del planeta

¿Te bocharon en el ingreso al MIT? ¿La beca de Stanford no te salió? ¿Querías ir a Yale pero no tenes ni para el bondi a Glew? ¡A no desesperar!

La sección Chocolate por la noticia de ¡Lo parió! redescubrió la rueda, o en este caso se encontró con una gran sección de uno de los servicios más usados de Internet: itunesU


El truco es el siguiente: para los que tengan el iTunes (se descarga gratis acá), se conectan al iTunes store de Estados Unidos y buscan la sección iTunesU. Ahí van a encontrar un listado de universidades, y dentro de cada universidad una lista de cursos y seminarios que se pueden descargar en audio o en video. O sea, simplemente se descargan las clases (sin materiales impresos, aunque en algunos casos sí con los programas y las listas de lecturas en pdf). Revolviendo entre la oferta de las distintas universidades hay muchos temas interesantes (mucha ciencia, tecnología e informática, pero bastantes humanidades, artes, literatura, cultura, religión, etc.), con capos en lo suyo, y muchas conferencias o paneles sobre los temas más diversos dictadas por gente que va de Steve Jobs al Dalai Lama, pasando por infinidad de escritores, periodistas, científicos, etc.

Los archivos están en AAC, el formato de compresión de Apple, pero el mismo itunes los convierte a MP3 para los que los quieran pasar a cualquier MP3 (los iPod los reproducen así como vienen) y tomarse el 60 poniendo cara de gran intelectual cosmopolita en ejercicio.

Otra opción es el OpenCourseWare del MIT, de donde se descargan paquetes con videos de algunas clases y material de lectura (esto se descarga directo del navegador). Y, metiéndose ya en el terreno de las universidades pagas a distancia que les cambiaron la vida a la gente, ni hablar de The Open University, el programa pionero inglés que es a UBA XXI como el Himalaya es a una baldosa levantada por las raíces del malvón del patio de mi casa (escépticos dirigirse hacia el videoclub más cercano a alquilar Educating Rita).

Lo que vengo escuchando hasta ahora (un curso de "Literature and crisis", sobre obras de Platón, Aristófanes, Boecio, Shakespeare y Voltaire que reflejan momentos de crisis personal, cultural o política) es muy interesante, aunque tampoco es que está 100 millones de kilómetros por delante de clases que he escuchado en la Argentina (corrección: de las buenas clases, que no necesariamente abundan).

Ahora bien: ya que la UBA es una universidad pública (a diferencia de todas estas universidades gringas), ¿por qué no tienen un emprendimiento como éste en lugar de lucrar con el curro de las desgrabaciones de clases? Esto es simple, relativamente fácil de realizar, no requiere de ningún gran despliegue de tecnología ni de dinero, y acerca la universidad a la gente que no puede acercarse a las clases. También les puede venir muy bien a los chicos de los secundarios, para que se den una idea de lo que son las clases universitarias. ¿A alguien se le va a prender la lamparita, o es demasiado pedir?

7.10.07

Lado B: Che Guevara

Retomando la costumbre de postear los Lados B, algo que está escrito hace ya bastante tiempo pero que esta semana se hace más "candente"...

- Para matar al enemigo a distancia pueden apuntar a la cabeza o al torso. No pierdan tiempo con la cabeza, que es un blanco más chico y se mueve todo el tiempo, y menos si el enemigo tiene casco. En el torso tienen para elegir: corazón, pulmones, hígado, bazo, intestinos, estómago, tráquea, vejiga. Apunten alto y al centro, que es lo que más rinde. Si le dan bien al corazón el tipo se queda seco, no llega ni a terminar el paso. Los pulmones tardan un poco más pero también sirven, y como sangran mucho impresionan a los compañeros del herido. Las tripas son más lentas, pueden pasar horas desangrándose a grito vivo, yo he visto a soldados que hasta terminar de morirse aguantaron un día o más. Si el tipo tiene suerte y llega a ver a un médico, va a terminar paralítico o va a cagar en una bolsa de plástico el resto de su vida. Si lo que quieren es tomar prisioneros apunten a la altura del muslo o de las rodillas. Un buen tiro en la pierna, uno que pegue en el hueso o en alguna arteria, vale por dos: como el soldado queda herido y no puede caminar, no falta el compañero pelotudo que lo cargue a hombros o lo arrastre: dos blancos seguros. A esos me los rematan a pistola. Y que no se les olvide: enemigo que tiene la cabeza colocada sobre los hombros, enemigo que lo rematan: a balazos, a machetazos, a patadas, pero no quiero saber que alguno de ustedes terminó reventado porque algún herido se quiso hacer el héroe. Y tampoco quiero enterarme de que tuvieron problemas con el fusil: el fusil es la novia de todos ustedes, y yo soy el padre de la novia que los va a recagar a patadas si tratan mal a la nena. Lo limpian todas las noches, no dejan que se les moje, no lo tiran al piso, no lo usan de bastón, no le hacen nada extraño. Si ven a algún compañero caído le sacan las balas, agarran el rifle y recién entonces le toman el pulso, nada de hacerse los médicos o de ir cargando gente por la selva: mejor que los heridos disparen hasta el último segundo y se carguen a los más que puedan antes de hacerse matar, porque acá un balazo es una infección y una infección es la muerte así que la van a pasar mejor remachados a balazos Y al que se tire al piso al primer tiro y pida por su madre voy yo mismo y lo mato a golpes, cobardes de mierda que no merecen ni la bala que ya tienen en las tripas. Porque ustedes se creen que yo soy un tipo simpático con acento argentino que da discursos en La Habana, se creen que les voy a contar historias divertidas de cuando andaba en moto o algún cuentito del abuelo Marx y de la vez que nos emborrachamos con Fidel, pero no se confundan: yo soy el hijo de puta que les va a volar el culo a tiros si no hacen lo que les digo, y no lo voy a pensar ni dos ni una ni media vez. ¿Les quedó claro?

5.10.07

Llegando los monos

Resulta que ahora la estupidez del "creacionismo/diseño inteligente" (el invento por el cual decir que el mundo se creó en 7 días hace 6.000 años un martes a las 5 de la tarde no es fanatismo religioso sino "curiosidad científica") se expande a Inglaterra con una pequeña ayuda de los musulmanes. En nuestro país, las escuelas religiosas hacen lo que pueden para "explicarle" a sus profesores de biología que a ellos les gustaría mucho que, contra lo que dicen los programas oficiales, la ciencia que esos profesores enseñan y cualquier variante de la lógica científica, presenten la idea de que la evolución es "una teoría más".

Lo interesante de esta historia es que demuestra que los extremos se tocan y todos los fanáticos son iguales: los ciegos cristianos y los ciegos musulmanes, a la hora de poner sus "libros sagrados" por delante de cualquier otra cosa, tienen intereses comunes. No es tan desquiciado como los estados religiosos musulmanes o la teocracia de los estados centrales/sureños de Estados Unidos, en donde van día por medio a los tribunales por este mismo tema,
pero es interesante la postura de algunos de "respetemos la posición de esta gente y aprovechemos para mostrarles de qué la va la cosa" y el hecho de que no todos se la crean.

O sea, ¿respetar qué? ¿Que no ven el mundo delante de sus ojos? ¿Que pretenden que todos actúen como si su fe fuera la única verdad? ¿O alguien realmente cree que se pueden confrontar una teoría científica con el dogma religioso en una "discusión" en términos iguales? Dan pena los fanáticos cuando dicen "es una teoría, puede estar equivocada y lo mío es una teoría alternativa": no, ganso, lo tuyo es un dogma sostenido por ciertos enunciados incuestionables, mientras que la ciencia tiene la honestidad de poner todo en cuestión. Si los científicos "se conforman con teorías endebles", los religiosos "llaman verdades a cosas que no se pueden demostrar".

O sea: si los Testigos de Jehová rechazan las donaciones de órganos y las transfusiones de sangre, allá ellos y en todo caso tendremos los famosos problemas de los médicos de los hospitales, que si no los tratan van presos por abandono de persona y si los tratan van contra las convicciones de la persona y de la familia. Pero meterse con los programas escolares es como si los Testigos de Jehová hicieran lobby contra los bancos de sangre y le pincharan las gomas a las ambulancias que llevan los riñones para los transplantes.

Para hablar de situaciones concretas, si los ortodoxos israelíes respetan a ultranza el shabbat, con su pan se lo coman, pero que apedreen a las ambulancias que cruzan su barrio los sábados ya es inaceptable. Que los musulmanes no beban, allá ellos, pero si me tomo una birra en la esquina de Teherán ¿tienen derecho a bajarme a tiros por hereje?

La respuesta más lúcida la dio Bertrand Russell (cuando no) en 1952, en un artículo en el que escribió
If I were to suggest that between the Earth and Mars there is a china teapot revolving about the sun in an elliptical orbit, nobody would be able to disprove my assertion provided I were careful to add that the teapot is too small to be revealed even by our most powerful telescopes. But if I were to go on to say that, since my assertion cannot be disproved, it is an intolerable presumption on the part of human reason to doubt it, I should rightly be thought to be talking nonsense. If, however, the existence of such a teapot were affirmed in ancient books, taught as the sacred truth every Sunday, and instilled into the minds of children at school, hesitation to believe in its existence would become a mark of eccentricity and entitle the doubter to the attentions of the psychiatrist in an enlightened age or of the Inquisitor in an earlier time.
La respuesta más divertida, aunque a la vez bastante aguda, es la de los "pastafaris" de la Iglesia del Monstruo Spaghetti Volador. Para protestar, los tipos crearon una religión con su propia teoría de la creación. Al ser religión, registrarse como culto y demás, entra en ese "halo místico-legal" que tienen las creencias religiosas, esa "sacrosantidad" sobre la "que no se habla" porque "es la fe de cada persona". Y entonces, ¿tienen derecho a reclamar ante los tribunales que se enseñe en todas las escuelas su versión de la creación, una bola de estofado salida del monstruo spaghetti? Y si la respuesta es no, ¿se puede insistir en la versión "creacionista" sin darle la razón a Russell con eso de que sólo es aceptada/tolerada/tratada de forma particular porque viene de un grupo de gente con poder, que históricamente tuvo poder político/económico/simbólico?

4.10.07

I will show you fear in a handful of dust

"Vení para casa ya que la fábrica de al lado se está incendiando"


Yo me quejaba de los martes, pero los miércoles tenían un as en la manga...

1.10.07

Espacios vacíos

Esa es la traducción del nombre de la banda que estoy escuchando en este momento: Tinariwen. Tinariwen son, para empezar, unos músicos del carajo, pero a eso le suman ciertas circunstancias inusuales.

Los tipos son nómades Tuareg, pueblo que es igualmente abofeteado en Nigeria y en Mali (de donde son los Tinariwen) y que pelea por su independencia. De hecho, los Tinariwen se armaron en un campo rebelde armado por Khadafi allá en 1980, o sea que no se andan exactamente con chiquitas.

Los tipos son la primer banda Tuareg en usar guitarras eléctricas, y grabaron quién sabe cuántos casettes hasta que llegaron a tener un CD en 2000 y estallaron - tanto que en el último festival de Montreux Santana los llevó a tocar con él, y son mencionados por muchos músicos como "banda de culto". Yo tengo dos de los tres CDs que grabaron: Amassakoul (de 2004) y Aman Iman/Water is life (principios de 2007).

¿El truco? Tinariwen funde la música Tuareg con un sonido de guitarras eléctricas hendrixeanas, una mezcla que da un efecto único de "blues antes del blues": son las raíces de todo el rock moderno, leídas desde el rock moderno por gente que se salteó los pasos intermedios. Es música hipnótica, conmovedora, emotiva y emocionalmente transparente: cantan casi todos los temas en Tamasheq (el idioma de los Tuareg), con muy pocas cosas en un francés bastante irreconocible, pero transmiten exactamente esa sensación de desierto, lugares vacíos y gente sufrida que, así y todo, celebra.

Winton Marsalis definió al blues como "está todo mal pero va a estar bien": Tinariwen son una versión muy profunda de eso. Es música que transporta en el sentido más pleno de la palabra.

Ah, y hay un pulso que tienen en muchos de sus temas que juro y recontrajuro que es el famoso ritmo de la chacarera (el "papito papá" que hace que los públicos aplaudan a contratiempo en los recitales). O sea que Peteco Carabajal viene a ser como un Tuareg santiagueño o algo así.

29.9.07

Yo soy yo y vos sos vos

La política apela a la parte menos intelectual de la gente, y los políticos actuales son muy afectos al golpe bajo y la chicana efectista, pero que alguno de los honorables cientistas políticos que leen este blog me diga si hay antecedentes del uso de la esquizofrenia como plataforma electoral...

Me refiero al eslógan del inefable ex-juez y sempiterno candidato a senador Julio Cruciani:


Hay un cartel pegado por el centro porteño con su bonachona imagen y un eslógan donde le encontró una vuelta de tuerca a su latiguillo para alcanzar un efecto de esquizofrenia redoblada recursiva (anoten compiladores del DSM-IV): "Yo soy usted, ¡vótese!" (o sea que hay que poner, en lugar de boleta, una fotocopia del DNI de cada votante, sólo que por alguna propiedad extraña al estilo Sagrada Trinidad, "es trino y es uno", tiene que ser al mismo tiempo el del votante y el de Cruciani, dos polos del mismo Tao).

Qué sé yo, uno ve los dibujitos animados de las propagandas de Rodríguez Sáa, los momentos en los que Carrió pierde los ojos en el horizonte y canaliza algún espíritu angelical, las parrafadas incendiarias de Krishtina o la sosedad irrefrenable de Lavagna (por no mencionar a personajes políticos más pintorescos del estilo y Cruciani es casi como un faro de sanidad... pero mejor que Cruciani siga siendo Cruciani y yo me dedico a ser Pablo Toledo, aunque sea por aquello de que "cada lechón en su teta es el modo de mamar".

27.9.07

Lea, difunda y recomiende

Acabo de leer un libro de esos que deberían figurar en todo manual del alumno bonaerense: The Curious Incident of the Dog in the Night Time, de Mark Haddon (la traducción española se titula El curioso incidente del perro a la medianoche y en estos días se consigue fácil junto con la traducción de la nueva novela de Mark Haddon, que no leí peroa la que después de este libro le pongo mi voto de confianza).

El libro es simplemente milagroso. Está narrado en primera persona por un chico con síndrome de Asperger, y si bien nadie puede saber exactamente qué pasa dentro de la cabeza de alguien con esa condición hay un 95% de probabilidades de que se parezca mucho a lo que escribe Haddon. Escribir desde un narrador así es dificilísimo, y sobre todo imposible de sostener a lo largo de toda una novela porque a) el chiste se gasta (sí, el chico no entiende las emociones de las personas; sí, tiene una obsesiópn con las matemáticas; ¿y después qué?), b) el narrador es limitadísimo, porque no interpreta las relaciones humanas en una historia que trata básicamente sobre ellas, y c) pensar y ver el mundo desde esa óptica es un ejercicio prácticamente insuperable.

Pero sin embargo habemus papam: la novela hace maravillosamente a), milagrosamente b) e increíblemente bien c). De hecho, la comprensión y conocimiento de Haddon sobre el tema es enciclopédica pero nunca se lo refriega en la cara al lector: está todo ahí todo el tiempo, pero en modo "así se ve el mundo desde este personaje" y no en modo "10 cosas que no sabías acerca de la vida de un autista funcional". Y, por supuesto, la palabra "Asperger" no figura ni una vez en toda la novela (una citadísima frase de Borges es eso de que en el Corán no hay camellos, cosa que aparentemente no es cierta porque no faltó el idiota que contara la cantidad de veces que aparece la palabra "camello" en el Corán pero que significa que para escribir sobre Argentina no hacen falta gauchos ni mates de plata ni paisajes de Aldo Sessa ni repetir cada dos líneas las palabras "che", "mate" y "desaparecido").

Otro hecho "singular" es que es la primera novela "para adultos" de un autor que hizo guiones y libros "para chicos" (en Inglaterra salió en dos ediciones, una con tapa "infantil" y otra con tapa"adulta", an Argentina se distribuye como libro "de literatura adulta"), lo que demuestra que eso de "literatura infantil" es una idiotez: los aciertos más esenciales de la novela están tomados (de forma subversiva, pero tomados al fin) de la "literatura infantil", y son las cosas que hacen que el libro esté tan bien hecho.

O sea: en la edición que sea, en el idioma que más les guste, pero sin falta y lo más pronto posible, lean, regalen, difundan y disfruten este libro.




Bonus track: para un fanático de Jane Austen como quien suscribe, las siguientes líneas sacadas de un artículo imperdible que escribió para el Guardian son como para sacar los bombos y tirar papelitos al grito de"Volvió la alegría, vieja":
Another question I've been regularly asked over the past year is what models I had in mind when writing Curious Incident. Was it To Kill a Mockingbird? Was it Catcher in the Rye?

In fact, the book most often in my mind was Pride and Prejudice.

Jane Austen was writing about boring people with desperately limited lives. We forget this because we've seen too many of her books on screen. All we can think of is country houses, heritage frocks and Colin Firth's chest in a wet shirt. But if Austen were alive today, she'd be writing about chartered accountants in Welwyn Garden City.

Her heroines were bound by iron rules about what they could do, where they could go and what they could say. Their futures depended on the single question of who they would marry. Was it going to be the baronet? Or were they going to fall for a cad in tight red trousers and be discarded in a boarding house in Bath?

Yet Jane Austen writes about these humdrum lives with such empathy that they seem endlessly fascinating. And her first act of empathy is to write about them in the kind of book these woman would themselves read - the romantic novel.

This was what I was trying to do in Curious Incident. To take a life that seemed horribly constrained, to write about it in the kind of book that the hero would read - a murder mystery - and hopefully show that if you viewed this life with sufficient imagination it would seem infinite.

26.9.07

Aflojando...

Durante unos años, el mes de mayo se las había agarrado conmigo (los últimos días del mes de mayo en particular). Una vez al año, fija que en alguno de esos días pasaba algo que sacudía las estructuras. Todo se cortó cuando nació Maite, justamente por esas fechas, y exorcizó al mes.

Ahora, parece que la cosa es con los martes. Una vez al año se aguanta, pero todas las semanas ya es un abuso. A ver si paran la mano un poco, que uno devuelve las pelotas como puede pero si seguimos así se me va a partir la raqueta por la mitad...

24.9.07

El lugar del hecho

Via Lifehacker (increíble pero real), una sección imperdible del sitio de The Guardian Books (sitio impredible, por otra parte, y lleno de minisecciones especiales o consignas que generalmente no están "a la vista" pero que siempre son maravillosas), una sección maravillosa: Writers' rooms.

LA referencia obvia es a A room with a view, el ensayo de Virginia Woolf en el que dice que los únicos "insumos" del escritor son una habitación más o menos cómoda con vista a algún lado, tiempo y silencio (o por lo menos calma). Pero estas fotos de los lugares en los que escriben algunos de los autores vivos británicos e irlandeses más importantes son simplemente maravillosas: la habitación rococó sobrecargada de Hanif Kureishi, el remanso clásico-modernoso de David Lodge, el rincón trash de Will Self, el espacio de juego de Mark Haddon (de quien estoy leyendo en este momento el milagroso The Curious Incident of the Dog in the Night Time), la cueva de Colm Tóibin, el altillo de Seamus Heaney, el rincón palermitoso de Graham Swift...

Lo mejor de todo es que en realidad no se puede imaginar a esos escritores trabajando en un lugar distinto, es un espacio adaptado al estilo y los temas de cada uno, ala forma de trabajo, al estado mental en el que crean. Como dije, imperdible.

En lo que a mí respecta, mi espacio es mi notebook, y la llevo de un lado a otro. Se esconde lo hice mayormente tirado en la cama de mi pieza con la compu sobre las piernas, Después ya no fue en la casa de mis viejos y fue más mixto (en la mesa del comedor, en la cama, en la cocina de noche, en bares y patios de comidas, hasta en micros), y ahora mayormente es en la mesa del comedor y de noche bien tarde cuando todos duermen. Siempre en computadora y siempre con música de fondo: para Se esconde ponía Parklife, de Blur, en loop infinito (cada vez que escucho la intro de Boys & Girls y me pongo automáticamente en clima, por más tiempo que haya pasado), para Tangos tenía una lista definida pero más larga (cambiaba bastante según la parte de la historia que estaba escribiendo), ahora, según el momento, elijo cosas que me lleven a donde necesito ir.

Siempre fantasée con la idea de tener un lugar específico para trabajar, pero fuera de casa: algo enfrente, o en el piso de arriba, o a dos cuadras. Fontanarrosa tenía un estudio a 10 cuadras de su casa y decía que esa era la distancia justa: una caminata corta que servía para ponerse en sintonía antes de empezar a trabajar y para desenrollarse al final del día (Birmajer tiene algo parecido y también habló y escribió sobre sus bondades). Pero claro, eso implica un nivel de éxito y profesionalización al que difícilmente llegue (y al que no creo que quiera llegar, ir a escribir como ir a la oficina) - entonces, el estilo nómade es lo más fiel: el espacio en el que escribo, como los momentos en los que escribo, es mutante, robado, hecho en realidad para otra cosa. En todo caso, es lo que hay.

Pero en el boliche de David Lodge sí que te escribo (aunque a los dos minutos se parecería mucho más al de Kureishi).

21.9.07

Fútbol, con F de Forro (parte II)

Un comentario al post anterior hace algunas observaciones largas que merecen respuestas


existen pocas expresiones tan populares como el fascismo o el nacionalsocialismo, quiero decir que habitualmente lo neonazi responde a clamores populares y justamente eso es lo más peligroso de esos terroríficos movimientos. Esto, por supuesto, no quiere decir que lo popular sea necesariamente nazi, pero bueno, esa es otra discusión.
Cierto (de otra forma caemos en el razonamiento de que los fascismos/nazismos o cualquier expresión que consideremos "políticamente incorrecta" o reprobable son un lavado de cerebro de los marcianos a un pueblo inocente, bueno y pacífico, o sea que Hitler y Mussolini tenían millones de clones de sí mismos que pelearon guerras, llenaron manifestaciones y salieron a romper vidrieras mientras milones de alemanes/italianos pacifistas estaban encerrados en prisiones subterráneas), pero justamente por eso es que la prensa popular tiene una responsabilidad ética de hacer lo suyo sin recurrir a este tipo de "humoradas". No digo "censura", digo "responsabilidad" en el sentido de "si lo hacen se exponen a que tipos como yo hagan comentarios como este".

Entrando puntualmente al comentario sobre Olé, demás está decir que el comentario de el lamentable cronista es por demás repudiable, pero más allá de eso y aclarando que nunca en mi vida compré el diario Olé, tengo que decir que me resulta desafortunado el comentario de suponer que todos los consumidores de ese producto adhieren al espíritu cargado de misoginia que se presenta en la nota.
Doy por sentado que la lectura regular de una publicación implica normalmente que uno adhiere a lo que esa publicación dice (salvo que uno la compre para completar la colección, para estudiarla académicamente, o compre Playboy para leer las entrevistas), y en el caso de Olé no se trata de una nota aislada en un mar de felicidad: es una más de una sarta de notas, comentarios, tapas, posters con "las hinchas de X cuadro" (para cuándo, grita la platea femenina/gay, "los chongos bosteros") y una "filosofía del deporte" que engloba todas estas cosas. Olé ha tenido denuncias en el INADI por tapas en las que llamaban "monos" al seleccionado de Brasil, sin ir más lejos, y han puesto en tapa en letras enormes comentarios como "Ahora voy a matar al hermano de ellos" con el caso del barra de Ríver asesinado hace un tiempo. Si alguien ve una tapa con "humoradas" tan revulsivas como esa y, en vez de repudiarlas, pone su billete para comprar el número, no me queda otra que pensar que adhieren a eso. Insisto, no a un comentario aislado sino a la identidad editorial de Olé, que insistentemente y en todos los niveles posibles (empezando, diría Chilisoup, por cuántos y cuáles espacios se asignan al deporte femenino, a los deportes que no sean fútbol, a las mujeres que tienen algo que mostrar que no sea un par de pechugas apenas cubiertas por los colores de un cuadro de fútbol).

Me parece que tu, por momentos exagerada, reacción cae en un error parecido en algún punto, aunque mucho más leve, al del cronista. Quiero decir, encasillar a un deportista por su género me parece tan arbitrario como encasillar a un periodista por donde escribe. Grandes autores quisieran esconder lugares donde han tenido que escribir para llenar la olla a fin de mes.

Soy más que proclive a las reacciones exageradas, pero en este caso hay dos cosas que puedo observar:

- No ENCASILLO al periodista pensando en DONDE escribe, lo CRITICO por LO QUE escribe. Me parece que Olé es una bosta, no trabajaría allí y mucho menos lo compraría y tengo una opinión bastante baja de sus lectores (o, para ser precisos, del hecho de que X persona lo compre y lo lea, no como una condena general de esa persona sino como desacuerdo con ese "hábito" en particular), pero más allá de eso el infeliz que hizo esta nota la pensó, la escribió, la firmó y la publicó. Su editor la leyó, la aprobó y la puso en la diagramación. Y así sigue la cadena hasta el tipo que puso su moneda, compró el diario y se rió del "chiste".

- El cronista lo hace para parar la olla... yo trabajo en un diario, tengo familia y tengo necesidades: hay cosas que no escribiría, y a las que mucho menos les pondría mi firma. Cada acción tiene una implicación ética que no se limpia por la necesidad: si yo mato a un tipo porque tienen amenazada de muerte a mi hija (cosa que haría sin pensarlo media vez), eso no quita que lo que yo haya hecho sea moralmente condenable, y yo puedo explicar pero no defender mi acto por esa circunstancia extrema. Yo debería ir a la cárcel por haber matado: quizás se considere como atenuante la circunstancia, pero hice lo que hice. En este caso, el tipo escribió lo que escribió y tiene que hacerse cargo de eso. Las cuentas no me las rinde a mí ni a nadie, sino a su conciencia, a su almohada y en todo caso a su reputación profesional, pero si justificamos "porque hay que parar la olla" cualquier motivación justifica cualquier acto y todo da lo mismo mientras se pueda esgrimir una razón por el acto. No estoy de acuerdo.

20.9.07

Humille, maestro

En esta semana el New York Times decidió que era hora de dejar de remar contra la corriente en las Cataratas del Iguazú y dio de baja Times Select, ese engendro en el que sus mejores firmas sólo eran accesibles para suscriptores pagos. En Wimbledon me entero de que una es esas firmas, parte de una larga y gloriosa lista de bloggers invitados que participaban en promedio un mes, era Douglas Coupland. Y hacia allí me dirigí, raudo cual flecha.

Douglas Coupland se hizo obscenamente famoso con Generatio X, y se ganó la reputación de chico pop que escribe gansadas y acuña frases de moda.

Y sin embargo es un escritor de aquellos: amante del pop y enfermo del zeitgeist (en una de sus novelas aprendí justamente la palabra), pero con un ojo de microscopio nuclear, una obsesión por el dato que explota a las diez mil maravillas, un estilo que siempre rinde para una vuelta de tuerca más y ese toque que no tienen muchos (Nick Hornby es otro, aunque al lado de Coupland Hornby tiene el estilo de un filósofo alemán existencialista). Y los libros de Coupland siempre corroen la superficie de la que están enamorados, siempre dan ese salto. El tipo es un dotado. Generation X es un buen punto de partida, a mí me gustó más Microserfs (la vida de programadores quemados ex Microsoft en plena burbuja punto com), a veces es desparejo pero en algún momento siempre logra cuajar (y saca adelante cosas como páginas y páginas con dibujitos, números aleatorios, palabras sueltas, experimetnso tipográficos, notas al pie con definiciones y todas esas cosas que supuestamente son gimmicks pero que en las manos justas son geniales).

Y lo único que le faltaba era un manifiesto: lo hizo en este post de su blog, con más gracia, profundidad, fundamento y panache que las 25 millones de explicaciones de otros autores acerca de por qué escribir sobre la modernidad. Hay que sacarse el sombrero. Humille, maestro.

17.9.07

Fútbol, con F de Forro

Que haya imbéciles capaces de abonar a la subsistencia del "diario deportivo Olé", un pasquín neonazi disfrazado de publicación "popular", es uno de los motivos que me hace descreer de la raza humana.

Chilisoup objeta en un post contundente el rol que se le da a la mujer en el deporte, sobre todo al ver cómo la selección nacional de fútbol femenino es ninguneada, juega mal y practica un deporte que no tiene difusión alguna (a pesar de que se trata de fútbol... aparentemente las mujeres pueden jugar al tenis o al hockey, hacer alguna disciplina de atletismo, pero que no se metan con las cosas "en serio"). Se ofende, y con razón, de uno de los últimos vómitos mentales de los ¿humanoides? que trabajan en ese engendro editorial pergeñado en el baño de servicio del Grupo Clarín:

Esto es lo que escribió Antonio Serpa (aserpa@ole.com.ar) y publicó el diario Olé (en tono de chiste, tal vez) sobre el partido que perdió Argentina:

El mundo está lleno de deportistas que nos enorgullecen. El seleccionado de fútbol femenino es un ejemplo. Ejemplo de lo contrario. En su debut en el Mundial, perdieron 11-0 con Alemania. Ojo, las mató el 9-0 porque estaban ahí del descuento y ¡quién las paraba! Pero tranquilas, chicas: nadie esperaba más. El fútbol es para hombres, ¿o ustedes nos vieron tejiendo? Así que al regreso, sin dramas vuelven a lo de todos los días y me lavan bien los platitos, eh.

No es gracioso, para nada. Es patético.

Ahí tienen el mail de don Serpa, para hacerle saber lo que opinan de su "chiste". Mientras tanto, en los comentarios del post de Chili, ensayé cómo sería una versión en espejo de este exabrupto pitecantrópico:

OTRO FRACASO DEL HOCKEY MASCULINO
El seleccionado de hockey masculino volvió a ofrecer otro lamentable espectáculo, perdiendo su primer partido del Heptangular Panasiático por 48 a 0 contra Malasia, decimoquinto equipo del ránking mundial.
El seleccionado de hockey femenino es un ejemplo: juega, gana, gusta y se ganó el respeto de un país indiferente al deporte. A esa potencia a nivel mundial, se opone este rejuntado de muertos de hambre que desprestigia los colores de la camiseta. ¿A VER CUÁNDO VAN A ENTENDER QUE ESTO ES H-O-C-K-E-Y, Y NO UN CAMPEONATO DE MASTURBACION COLECTIVA? Vuelvan a sus casas a tocarse mirando los posters de Playboy y a arreglar los enchufes, que es para lo único que sirven, y déjenle el hockey a las mujeres, que para algo están donde están. Y no se olviden de cambiar la lamparita del baño.
Las probabilidades de que esto sea publicado en Olé (o en cualquier publicación deportiva que no sea la sección de deportes del Buenos Aires Herald, capitaneada por Graciela Ortiz) son de 0 en 10 millones. Mientras las cosas sigan en ese tono, cada lector (y ni hablar de cada miembro del equipo editorial) del coso ese no merece siquiera un escupitajo facial (Zorzenón dixit): al periodista, todo. Al imbécil con teclado y los descerebrados que lo apañan, ni justicia.

13.9.07

El auto fantástico...


El pituto con cuatro ruedas de la foto que se ve arriba sale 1,4 millones de dólares, o sea 1 millón de euros, o sea un tren con muchos vagones cargados de llaves de otros vagones en los que hay mucha plata. Es el último engendro de Lamborghini, se van a fabricar nada más que 100 y dicen que si enganchás bien la onda verde te lleva de punta a punta de la avenida Rivadavia en menos de lo que tardás en subirte la bragueta.

Pero el punto no es ese. A este monstruo psicoeconómicomecánico no tuvieron mejor idea que llamarlo...

Lamborghini Reventón

Supongo que las patentes para "Lamborghini con este te hacés torta", "Lamborghini te vamos a estallar el culo" y "Lamborghini kaboom" ya estaban tomadas...

12.9.07

Estoy leyendo...

Tarde pero seguro, terminé de leer Jonathan Strange & Mr. Norrell, de Susanna Clarke. Son 750 páginas grandes e incómodas a propósito (ya hablé antes del formato del libro: es imposible de transportar, y en formato paperback/pocket el libro estaría cerca de las 1.000 páginas).

La novela es MARAVILLOSA. Es un placer leerla, está bien contada, bien investigada, bien armada, los personajes son buenísimos, las historias cierran, las ideas se le caen de las manos, tiene buen humor cuando lo necesita, da miedo en las partes indicadas, tiene vueltas de tuerca cada 10 páginas y, sobre todo, un mundo narrativo denso y consistente. En el mejor estilo de las novelas de fantasía, inventa sus propios sistemas (el hecho de que la novela se los tome con soda y les ponga buen humor los hace bastante menos molestos que otros ejemplos en los que el autor les hace notar a los pobres lectores todo el trabajo que se tomó para darle un back story a su mundo narrativo); en un guiño hacia la biografía y la novela histórica que quieren tanto los ingleses, tiene millones de anclajes con la "historia verídica" de Europa que le dan una profundidad extraña y por momentos bastante perturbadora (uno empieza a dudar de si la posta la cuenta el manual de historia o el libro de esta mujer).

Más o menos en paralelo leí en "versión final" Ravonne, de Julian Urman, editada por Hojas de Tamarisco. Nada que ver con Susanna Clarke, pero insisto en lo que dije antes: la libertad de Urman a la hora de escribir, la manera de contar y las historias que cuenta no las tiene nadie. Ravonne es un animador infantil en decadencia luego de descubrirse que disfrutaba violando a sus jóvenes televidentes: varios años después, dueño de una rotisería, su ex-mujer estrella de telenovelas, sus empleados y un submundo de personajes paratelevisivos y subsociales arman una barahúnta de aquellas. Indefinible, incomparable (en el sentido objetivo: difícil de compara con nada de lo que se está escribiendo ahora, sobre todo porque mezcla temas trash con una narración de primera) y perfectamente ejecutado. Dirían los ingleses, a great read. Como con la mayoría de las editoriales independientes, para conseguir el libro hay que ir a las tres de la mañana a un kiosco de diarios de la zona de Bernal, o a alguna librería de Palermo que de afuera parece una galletitería que vende pañuelos, pero vale la pena tomarse el trabajo.

Ahora, estoy por la mitad de otra novela muy distinta, pero sublime en lo suyo también: American Gods. Neil Gaiman es uno de esos que se dan una vez cada tanto, capaz de romper todos los prejuicios con joyas como las Historias (con mayúsculas vendría a ser como lo opuesto a "historietas"...) Sandman y después a cagarse de risa de todo con Good Omens (con Terry Pratchett, otro autor que si hubiera nacido en la Argentina se le reirían en la cara pero que tuvo la suerte de vivir en tierras de lectores menos pacatos donde las novelas de Discworld son bien recibidas) o a romperla completamente con sus cuentos y novelas de hadas perversas y mundos paralelos alucinantes (Stardust, Neverwhere, Smoke and Mirrors).

American Gods tiene una premisa genial: qué pasó con todos los dioses y espíritus que trajeron al continente americano todos los inmigrantes, ahora que nadie se acuerda de ellos, y quién vendría a tomar ese lugar en la actualidad. En el medio, la novela recorre el submundo estadounidense no hollywooodense. O sea, una mezcla de la "gran novela americana" con el fantasy con la épica clásica, sólo que los dioses ahora son viejos pobres decadentes con muchos recuerdos de tiempos mejores. Está escrito, valga la redundancia, como los dioses.

O sea: la estoy pasando bomba.