12.3.09

No line on the horizzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Escuchando el nuevo disco de U2: o ya tengo el oído acostumbrado a otras cosas, o le estoy perdiendo paciencia al juego de las 7 diferencias comparando discos de la banda, o se están poniendo viejos, o sigo los pasos de Carlitos y me voy divorciando de ciertas vertientes del rock, o lo que sea, pero me aburre soberanamente. Es más, escucho cada canción y me vienen a la cabeza otras que grabaron hace 20 años (o 1/2 discos atrás: es notable cuánto se parece No Line... a los dos discos anteriores) en donde concretaron las mismas ideas pero más redondas.

Pasan los temas y lo único que me queda son frases grandilocuentes de Bono que parecen sacadas de un discurso de Obama, bases efectivas pero mayormente soporíferas de Clayton/Mullen y destellos de brillantez de Edge, pero desde hace 30 años que ya sabemos que Edge es un gran guitarrista-sonidero.

Eso sí: ayer escuché de refilón en el diario Más allá de todo, un disco que grabaron a dúo Chucho Valdés y Pablo Milanés. Conste que odio el bolero, que la música cubana en términos genéricos no me mueve demasiado, que Milanés no es santo de mi devoción, etc. etc. etc. — pero qué disco de la puta madre, qué manera de pararse los pelos de la nuca, qué bestia que es Valdés, qué momento Macaya el de estos dos tipos solos con un pianito en el estudio. U2 pone 5 toneladas de electrónica detrás y no logra en 50 minutos lo que estos dos fulanos hacen en dos compases.

O eso o, como escribió el amado T. S. Eliot,
I grow old . . . I grow old . . .

I shall wear the bottoms of my trousers rolled.

Shall I part my hair behind? Do I dare to eat a peach?
I shall wear white flannel trousers, and walk upon the beach.
I have heard the mermaids singing, each to each.

I do not think that they will sing to me.

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