10.6.08

El saber ocupa lugar, y pesa, y junta polvo

Después de un par de años de no darle demasiada pelota, mi sistema almacenador de libros (tm) colapsó. O sea, ya tenía libros cayéndose de todos los estantes y no podía encontrar nada entre capas y capas geológicas de "después lo ordeno" y "algún día me pongo las pilas y organizo un poco".
Soy una person bastante desorganizada, pero libros y CDs me gustan en orden. Antes separaba por estantes temáticos, por idiomas, etc. Ahora tengo un sistema parecido pero que se complica entre cuatro bibliotecas repartidas en tres ambientes: en el comedor hay un par de estantes con comics, libros de arte y cosas relacionadas con edición (manuales, historias de la edición, etc.), en una biblioteca arranca la sección "narrativa" alfabetizada por autor y (en la medida en que el orden lo permite) cronológicamente dentro de cada autor, sigue en otra biblioteca de RapiEstant y termina en un estante de otra biblioteca que funciona a medias como almacenamiento de papeles viejos y estante de porquerías del Dremel y herramientas para trabajar madera (una obsesión casi abandonada que cada tanto vuelve).

En la biblioteca de RapiEstant tengo un estante con la colección Peuser (lecturas de infancia heredadas de mis viejos, una especie de colección Robin Hood pero en libros celestes ASÍ de grandes con tapa dura, hermosas ilustraciones y textos más íntegros que los Robin), otra con libros de Capítulo (las colecciones argentina y universal casi completas, más algunas ediciones de EUdeBA y Centro Editor de esas épocas que heredé de mis viejos y que desde la adolescencia leí a pasto), dos estantes de poesía/teatro/novela clásica inglesa que se mezclan con los de crítica literaria (sobre todo de literatura inglesa, los libros que usaba y consultaba más para las clases).

La parte más molesta es que los estantes están reventando, por lo que poner un libro significa mover todo hacia adelante en muuuuuuuchos estantes - de ahí que deje la tarea para momentos en los que, a decir del cretino de Macri, "el tránsito está por colapsar" y las dobles filas de libros hacen que ya no se encuentre nada.

Hay un estante suelto en el mueble de la computadora con libros de referencia (diccionarios, gramáticas, etc.) y un par de lugares más con libros de Valeria, la pila eterna de la mesa de luz, etc.

Puestos en doble fila sobre distintos estantes tengo los libros que hacen cola para la lectura, que voy leyendo por partes, que leí y dejé por la mitad, que no pienso leer, que en un mundo perfecto hubiera leído pero así es la vida, etc. Los pongo en su lugar correspondiente en las bibliotecas cuando ya los "doy de baja" de las prioridades - cuando los abandono al azar de verlos más adelante y decir "oia, nunca lo leí, ahora lo agarro". Ese mecanismo me hizo redescubrir libros que me habían llegado en el momento equivocado y que esperaron pacientemente que llegara su hora. En cada estante hay uno o dos de esos, mezclados con el purgatorio de libros abandonados que no pienso agarrar ni muerto pero que, como los rasgos de la conducta anal abarcan tanto la obsesión como la incapacidad de desprenderse, no vendo en puestos de segunda mano ni tiro por la ventana ni desparramo por el mundo.

¿Soy el único obsesivo que anda por ahí, o hay otra gente que tenga sus libros ordenados por criterios tan inoperantes, molestos y sintomáticos como los míos?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que mi hermana goza de la misma enfermedad que vos!JA!
y los libros de tu hija?? porque debes leerle mucho tb, no?

Analía Pinto dijo...

Ay, estimado, habemos muchos con parecida sintomatología e idénticos problemas de espacio gracias a nuestro amor/pasión por los libros (los que leemos y los que escribimos, encima). Yo también tengo una biblioteca a punto de colapsar (la frágil madera de que está hecha se comba cada vez más, ay!)y un escritorio con pilas y pilas de libros que compré en un momento de esplendor económico y que no encontraron el lugar correspondiente en los estantes, sencillamente porque... no hay más lugar! Mi criterio de organización es bastante simple: literatura universal, literatura argentina (lo que más abunda, por cuestiones acádemicas y laborales), literatura española y literatura latinoamericana. Cada una en estricto orden alfabético y cada autor en estricto orden de llegada. Luego, la poesia aparte. Luego, unos cuantos libros de literatura erótica. Luego, los libros de referencia, los manuales, los diccionarios, etc. Y la obsesión de fecharlos, ponerles su correspondiente número y mi nombre en la segunda hoja... Lo dicho: habemos muchos así...
Saludos, muy buen blog! Las palabras de Graciela Montes me las llevo en el corazón (y en el disco rígido de la PC).

AP
chica_rumiante