29.8.07

Cooltura para chicos

Los dibujitos animados no son lo que eran (para empezar, es demodé llamarlos dibujitos animados), y para eso basta comparar melodramas bodriáticos como Bernardo y Bianca o la siniestra Bambi con Toy Story o Los Increíbles (sin salir del universo Disney). Lo que hace la gente de Dreamworks, ya es de otro mundo. Los chicos hoy ven más Discovery Kids en un día que la televisión que antes veíamos en una semana.

Pero los efectos que tiene esa nueva movida en los cerebros esponjosos de los gurrumines son casi una cuestión de evolución darwiniana...

Maite se obsesionó con el DVD de Shrek (le da lo mismo la 1 que la 2, aunque generalmente ve la 1), por lo que la ve al menos una vez al día. La ve tan seguido que ya empieza a repetir, no diálogos, pero sí algunas de las frases, tiene escenas preferidas, se sabe los nombres de los personajes, etc.

Una de las cosas más jugadas de Shrek es la música: en contra de todos los manuales, está llena de bandas "alternativas" que suenan más a trasnoche loca de FM rockera que a Fantasia. Canciones que en otra historia no funcionarían ni a patadas, pero que la actitud de la película hace funcionar de mil maravillas. Pero la pregunta, claro, es qué catzo van a opinar los niños de todo esto.

Que es a lo que iba: con dos años y un par de meses, Maite ya se declara fanática de Nick Cave y corea entusiasmada (si es que eso es posible con Nick Cave) "Hallelujah", y después a los gritos el estribillo de "I'm a Believer", y así con la mayoría de las canciones de la banda de sonido. Hace unos años (joder, hace unos meses) al que supusiera que esto era posible lo metían poco menos que preso. Y cuando apagamos la tele, canta con las mismas ganas Nick Cave, Pipo Pescador, Promúsica y María Elena Walsh como si eso fuera (que lo es) la cosa más natural del mundo.

O sea: qué suerte tienen los chicos ahora (si obviamos la existencia del socotroco insufrible de Barney).

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