18.4.10

A ver si se entiende...

David Mamet le manda un memo al equipo de guionistas de una serie, The Unit, diciéndoles qué hacen mal y cómo remediarlo. Y de paso escribe un pequeño tratado sobre el arte del guión norteamericano, ese que hace que uno no pueda dejar de ver las series y películas que uno no puede dejar de ver. ¿El único modelo narrativo? Ni en pedo. ¿El mejor? No para todo, menos como patrón literario universal (la escritura dramática en este estilo es palo y palo, el modelo bestseller literario, que no es lo más satisfactorio del mundo como único motor de un texto literario). ¿Funciona? Cuando está bien hecho, como patada en los dientes; mal ejecutado es un bodoque sin profundidad. Abajo traduzco los párrafos que más me pegaron y que se abstraen más de la escritura de guión particularmente, pero recomiendo poderosísimamente leer el texto entero (vale la aclaración: la serie fue cancelada, así que mucha bola no le deben haber dado).

A medida que aprendemos cómo escribir esta serie, se hace claro que hay un problema recurrente. El problema es el siguiente: diferenciar las situaciones dramáticas de las no dramáticas. Déjenme explicarles. Los del departamento creativo nos piden a gritos que hagamos al show más claro. Nuestra tarea es, parece, comprimir una carrada de información en poco tiempo.
Nuestros amigos los pingüinos creen que nosotros, por lo tanto, estamos empleados para comunicar información; y a veces, por lo tanto, nosotros creemos lo mismo
Pero avívense: la gente no va a ver el programa para ver información. Ustedes no lo harían; yo tampoco. La gente sólo va a sintonizarnos y se quedará mirando para ver una situación dramática.
Pregunta: ¿qué es una situación dramática? El drama es la odisea del héroe para superar esas cosas que le impiden alcanzar un objetivo específico, vital.
Entonces: nosotros, los escritores, debemos hacernos de cada escena estas tres preguntas:
1) ¿Quién quiere qué?
2) ¿Qué pasa si no lo consigue?
3) ¿Por qué ahora?
Las respuestas a estas tres preguntas son pruebas de fuego. Háganlas, y las respuestas les dirán si la escena es dramática o no.
(...)
Todas las escenas deben ser dramáticas. Esto quiere decir: el personaje debe tener una necesidad simple, directa, urgente que lo impulse a aparecer en la escena.
Esa necesidad es por qué vino. Es de lo que se trata esa escena. Sus intentos de satisfacer esa necesidad van llevar, al final de la escena, al fracaso: así es como se termina la escena. Este fracaso llevará, necesariamente, a la próxima escena.
Todos estos intentos, sumados, a lo largo de un episodio, constituyen el argumento.
Cualquier escena que no haga avanzar el argumento y que no se sostenga por su cuenta (o sea, dramáticamente, por sí sola, por sus propios méritos) o es superflua o está mal escrita.
Sí pero, dirán, ¿qué hacemos con la necesidad de incluir toda esa "información"?
Y les respondo "Arréglenselas". Cualquier pelotudo de traje puede (y suele) aprender a decir "háganlo más claro" y "quiero saber más acerca de él". Cuando lo hagan tan claro que hasta este pingüino de traje esté contento, tanto ustedes como el pingüino se van a quedar sin trabajo.
El trabajo del dramaturgo es hacer que la audiencia se pregunte qué pase después. NO explicarles lo que acaba de pasar, o *sugerirles* qué va a pasar después. Cualquier pelotudo puede escribir "Pero Jim, si no asesinamos al Primer Ministro en la próxima escena Europa se prende fuego". 
No nos pagan para DARNOS CUENTA de que la audiencia necesita esa información para comprender la escena siguiente, sino para descubrir una manera de escribir la escena en la que trabajamos de forma tal que a la audiencia le interese lo que pase después.
Sí pero, insisten ustedes.
Y les respondo ARRÉGLENSELAS.
¿CÓMO se encuentra el balance entre retener y transmitir información? ESA es la tarea esencial del dramaturgo, y la habilidad para hacer eso es lo que los separa de las especies inferiores con sus trajes azules. Arréglenselas.
Comiencen, cada vez, con esta regla inviolable: LA ESCENA DEBE SER DRAMÁTICA. Debe comenzar porque el héroe tiene un problema, y debe terminar en que el héroe se vea frustrado en sus intenciones o aprenda que existe otra forma de lograrlas. Cualquier resumen que comience con "Bob y Sue discuten sobre..." no describe una escena dramática.
(...)
Éstas son las señales de peligro. Cuando dos personajes hablan acerca de un tercero, la escena es una mierda. Cuando un personaje le dice a otro "como ya sabés", o sea, cuando le dice a otro personaje lo que vos, el escritor, necesitás que la audiencia sepa, la escena es una mierda.
NO escriban mierda, escriban una escena de tres, cuatro, siete minutos que impulse la historia, y podrán, en poco tiempo, comprarse una casa en Bel Air y contratar a alguien para que viva en ella por ustedes.
(...)
Termino con esta única idea: miren cada escena y pregúntense "¿es dramática? ¿es esencial? ¿hace avanzar el argumento?"
Respondan con honestidad.
Si la respuesta es "no" escríbanla de nuevo o tírenla.
(...)
(NO es responsabilidad de ustedes conocer las respuestas, pero sí es responsabilidad de todos nosotros saber y hacer las preguntas indicadas una y otra vez hasta que se conviertan en un acto reflejo. Creo que son las que puse más arriba)

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