5.10.07

Llegando los monos

Resulta que ahora la estupidez del "creacionismo/diseño inteligente" (el invento por el cual decir que el mundo se creó en 7 días hace 6.000 años un martes a las 5 de la tarde no es fanatismo religioso sino "curiosidad científica") se expande a Inglaterra con una pequeña ayuda de los musulmanes. En nuestro país, las escuelas religiosas hacen lo que pueden para "explicarle" a sus profesores de biología que a ellos les gustaría mucho que, contra lo que dicen los programas oficiales, la ciencia que esos profesores enseñan y cualquier variante de la lógica científica, presenten la idea de que la evolución es "una teoría más".

Lo interesante de esta historia es que demuestra que los extremos se tocan y todos los fanáticos son iguales: los ciegos cristianos y los ciegos musulmanes, a la hora de poner sus "libros sagrados" por delante de cualquier otra cosa, tienen intereses comunes. No es tan desquiciado como los estados religiosos musulmanes o la teocracia de los estados centrales/sureños de Estados Unidos, en donde van día por medio a los tribunales por este mismo tema,
pero es interesante la postura de algunos de "respetemos la posición de esta gente y aprovechemos para mostrarles de qué la va la cosa" y el hecho de que no todos se la crean.

O sea, ¿respetar qué? ¿Que no ven el mundo delante de sus ojos? ¿Que pretenden que todos actúen como si su fe fuera la única verdad? ¿O alguien realmente cree que se pueden confrontar una teoría científica con el dogma religioso en una "discusión" en términos iguales? Dan pena los fanáticos cuando dicen "es una teoría, puede estar equivocada y lo mío es una teoría alternativa": no, ganso, lo tuyo es un dogma sostenido por ciertos enunciados incuestionables, mientras que la ciencia tiene la honestidad de poner todo en cuestión. Si los científicos "se conforman con teorías endebles", los religiosos "llaman verdades a cosas que no se pueden demostrar".

O sea: si los Testigos de Jehová rechazan las donaciones de órganos y las transfusiones de sangre, allá ellos y en todo caso tendremos los famosos problemas de los médicos de los hospitales, que si no los tratan van presos por abandono de persona y si los tratan van contra las convicciones de la persona y de la familia. Pero meterse con los programas escolares es como si los Testigos de Jehová hicieran lobby contra los bancos de sangre y le pincharan las gomas a las ambulancias que llevan los riñones para los transplantes.

Para hablar de situaciones concretas, si los ortodoxos israelíes respetan a ultranza el shabbat, con su pan se lo coman, pero que apedreen a las ambulancias que cruzan su barrio los sábados ya es inaceptable. Que los musulmanes no beban, allá ellos, pero si me tomo una birra en la esquina de Teherán ¿tienen derecho a bajarme a tiros por hereje?

La respuesta más lúcida la dio Bertrand Russell (cuando no) en 1952, en un artículo en el que escribió
If I were to suggest that between the Earth and Mars there is a china teapot revolving about the sun in an elliptical orbit, nobody would be able to disprove my assertion provided I were careful to add that the teapot is too small to be revealed even by our most powerful telescopes. But if I were to go on to say that, since my assertion cannot be disproved, it is an intolerable presumption on the part of human reason to doubt it, I should rightly be thought to be talking nonsense. If, however, the existence of such a teapot were affirmed in ancient books, taught as the sacred truth every Sunday, and instilled into the minds of children at school, hesitation to believe in its existence would become a mark of eccentricity and entitle the doubter to the attentions of the psychiatrist in an enlightened age or of the Inquisitor in an earlier time.
La respuesta más divertida, aunque a la vez bastante aguda, es la de los "pastafaris" de la Iglesia del Monstruo Spaghetti Volador. Para protestar, los tipos crearon una religión con su propia teoría de la creación. Al ser religión, registrarse como culto y demás, entra en ese "halo místico-legal" que tienen las creencias religiosas, esa "sacrosantidad" sobre la "que no se habla" porque "es la fe de cada persona". Y entonces, ¿tienen derecho a reclamar ante los tribunales que se enseñe en todas las escuelas su versión de la creación, una bola de estofado salida del monstruo spaghetti? Y si la respuesta es no, ¿se puede insistir en la versión "creacionista" sin darle la razón a Russell con eso de que sólo es aceptada/tolerada/tratada de forma particular porque viene de un grupo de gente con poder, que históricamente tuvo poder político/económico/simbólico?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo con el post pero

"la teocracia de los estados centrales sureños de Estados Unidos"

me parece un poco mucho. te cito la primera enmienda

"Congress shall make no law respecting an establishment of religion..."

que yo sepa, no hay otra país sobre la faz de la tierra con algo tan bello en su carta magna

Anónimo dijo...

También lo dijo Marechal (Leopoldo): si Dios creó el mundo en seis días… ¿qué le costaba desparramar unos cuantos huesitos por ahí para que después vinieran otros cuantos giles a hablar de evolución?
O vamos a decir que los que abogan por la ciencia no defienden también sus posiciones de poder y sus quintitas…

Pablo Toledo dijo...

Eamonn,

De acuerdo con que el texto es hermoso y, pasra su época, totalmente revolucionario, pero en los últimos 30 años el avance de la derecha religiosa sobre los concejos escolares y los políticos a través de los lobbies y de los movimientos "grassroots" es tan grande que eso se diluye, por lo menos en la práctica: los temas morales/religiosos como ejes de campañas presidenciales, la censura indirecta (lo que está pasando en estos días con el FCC y "Howl" de Ginsberg), etc. "Teocracia" es probablemente una exageración, pero difícilmente se trate de lo que los que escribieron la Constitución tenían en mente

Franco dijo...

La es es no querer ver la verdad, escribió Nietzsche en El Anticristo.
Pero ¿hay algo más que fe? Toda la historia del pensamiento consiste en un titánico esfuerzo por despegar al logos del mythos, pero, al nivel de la fundamentación, nunca lo logró. Ahora bien, aceptar que existe el error no implica aceptar cualquier error, diría Derrida: hay rigores y rigores. El hecho de que no podamos pensar sin una metafísica no significa que (cualquier) metafísica exista. Es sólo una necesidad funcional. Pragmática.
En este sentido, en el pragmático, no hay ninguna verdad, ninguna teoría, dogma o la afirmación que sea, que haya sido demostrada taxativamente. Pero, en el sentido pragmático, hay determinados elementos de evidencia que son constatados en la experiencia y que, diría Peirce, instituyen formas de actuar en la realidad. No se dice que sean verdaderas, peor funcionan.
Y ya que preferimos, yo también prefiero a Prigogine por sobre Mahoma o Pablo de Tarso.

Pablo Toledo dijo...

Es cierto, en el nivel pragmático hay que poner una línea de corte al conocimiento y no hay conocimiento absoluto, pero en todo caso una forma de conocimiento que se basa en la duda me parece esencialmente distinta a una que se basa en dogmas.

La ciencia es esencialmente lo que es, tiene las estructuras que tiene y sirve para lo que sirve, pero así y todo está 1.000 pasos del conocimiento revelado.

Y sí, en la práctica hay que dejar la duda sobre ser, esencia, percepción, naturaleza y la imprevisibilidad del otro en el momento de levantar el brazo y parar un bondi.