16.5.07

Shhhhhhhhhhhh... parte 2

El post anterior critica a un artículo del New York Times. Vía Wimbledon, llego a este otro artículo del New York Times que le pone un poco de fundamento científico a las críticas.

Los tipos armaron un grupo de canciones en MP3 e invitaron a entrar en un sitio de Internet. Ahí se podían escuchar, rankear y descargar. Sin saberlo, las personas entraban en uno de nueve grupos: un grupo veía las canciones sin ningún ranking de descargas o de preferencias de los demás usuarios, y los otros ocho grupos tenían acceso a diferentes subconjuntos de estadísticas y canciones. El resultado es que las mismas canciones en distintos grupos actuaban siguiendo los movimientos iniciales: una canción que en el grupo A estaba primera por lejos en el grupo D estaba a los premios, y la diferencia era que desde el principio del experimento en un grupo figuraba alta y en otro muy baja (todos habían empezado en 0, o sea que el ranking en un grupo u otro no estaba manejado por los investigadores).

Resumiendo: es imposible predecir lo que va a funcionar o no en los mercados culturales porque la historia del mercado cultural es un factor importante en las decisiones de los consumidores. O sea, mientras más gente elija un mismo producto, más gente lo va a elegir; si poca gente lo elige, las posibilidades de que otras personas lo elijan se reducen. Elegimos basados en lo que eligen los demás, o lo que creemos que eligen los demás. Y eso no se aplica sólo a la cumbia, Popstars, High School Musical y Harry Potter. Cuando el año pasado alguien descubrió a Sándor Marai toda la intelligentsia saltó a leerlo en bloque; cando algo no es elegido de una manera visible (o sea, comentado, predicado, mostrado, etc.), se hace más difícil que otros lo elijan, o incluso es más fácil que reciba opiniones negativas.

O sea: hacemos como el vecino. Schutz, un pope de la antropología, decía que construimos nuestra conducta según cómo creemos que el otro nos ve, y que eso varía de grupo en grupo. No somos tan "yo" como creemos.

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