Me refiero al eslógan del inefable ex-juez y sempiterno candidato a senador Julio Cruciani:
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Hay un cartel pegado por el centro porteño con su bonachona imagen y un eslógan donde le encontró una vuelta de tuerca a su latiguillo para alcanzar un efecto de esquizofrenia redoblada recursiva (anoten compiladores del DSM-IV): "Yo soy usted, ¡vótese!" (o sea que hay que poner, en lugar de boleta, una fotocopia del DNI de cada votante, sólo que por alguna propiedad extraña al estilo Sagrada Trinidad, "es trino y es uno", tiene que ser al mismo tiempo el del votante y el de Cruciani, dos polos del mismo Tao).
Qué sé yo, uno ve los dibujitos animados de las propagandas de Rodríguez Sáa, los momentos en los que Carrió pierde los ojos en el horizonte y canaliza algún espíritu angelical, las parrafadas incendiarias de Krishtina o la sosedad irrefrenable de Lavagna (por no mencionar a personajes políticos más pintorescos del estilo y Cruciani es casi como un faro de sanidad... pero mejor que Cruciani siga siendo Cruciani y yo me dedico a ser Pablo Toledo, aunque sea por aquello de que "cada lechón en su teta es el modo de mamar".
1 comentario:
Si mal no recuerdo, no es nuevo en Cruciani esto de presentarse como un "ciudadano de a pie", digamos. Ahora bien, en línea con el pensamiento de Marx [pero Groucho Marx], no sé si son muchos los que votarían por sí mismos.
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